A pesar de que el próximo viernes empieza recién la época invernal en todo el país, en la ciudad capital venimos registrando el descenso de la temperatura desde finales del mes pasado con las ya clásicas lloviznas que acompaña el invierno limeño. Tan clásico como este cambio estacional, es la campaña que se genera en torno a la ayuda que se debe brindar a aquellas personas de escasos recursos que viven en zonas periurbanas de la ciudad, con la característica peculiar de ser espacios en los que se concentran altos niveles de humedad y en los que se sufre de manera más intensa los embates de la temporada más fría de la capital.

Lo alarmante de esta situación es que desde hace años, otro clásico al que podemos hacer referencia, es que cuando uno trata de registrar noticias sobre los altos niveles de afectación para este grupo de poblaciones vulnerables, los medios de comunicación centran su atención en la zona denominada Ticlio Chico, ubicada en el distrito de Villa María del Triunfo. Año tras año las acciones de ayuda y apoyo a esta zona de la ciudad se dan de manera constante, desde campañas de vacunación y de entrega de ropa abrigadora de este año o la declaratoria de emergencia del año pasado, solo por citar algunos ejemplos.

Si bien creemos que es importante la ayuda que se brinda en esta zona de la ciudad, la realidad es que son muchos más los asentamientos humanos que con similares condiciones de vulnerabilidad vienen siendo dejados de lado. Esta afirmación la hacemos con pruebas, puesto que ya hace algunos años desco realizó un estudio sobre la temperatura y nivel de humedad en dos barrios de características socioeconómicas similares a las de Ticlio Chico, demostrando que los niveles de afectación producto del cambio estacional, son una realidad que afecta a decenas de miles en toda la ciudad.

En todo caso, y a pesar de que empezamos a percibir un cambio respecto al reconocimiento de las zonas de Lima en las que familias de escasos recursos son afectadas por la crudeza del invierno capitalino, creemos que, en lo referido a visibilizar el problema fundamental concerniente a los bajísimos niveles en materia de condiciones de habitabilidad, se hace poco o nada. En ese sentido, es necesario cambiar el enfoque «humanitario» que nos moviliza cada invierno a donar frazadas y colchas, pues si bien son importantes las campañas solidarias como la que actualmente viene promoviendo la comuna metropolitana, estas resultan siendo paliativos temporales a la problemática de fondo, como es el hecho de garantizar vivienda y servicios adecuados para «ciudadanos» de escasos recursos de Lima. Para ello es necesario empezar a pensar e implementar políticas integrales de habitabilidad, las cuales sirvan de una manera más efectiva que los «placebos» que cada invierno se aplican y que se diluyen de la misma forma como llegan; con el cambio de estación.

 

desco Opina - Regional / 14 de junio de 2019