¿Defensoría o ministerio de Opinión?
por Herbert Mujica Rojas
La verborrágica tragedia del Perú tiene un paradero impresionante en el onanismo colectivo que significa hacer análisis tras análisis, exégesis tras exégesis, de nuestras múltiples taras, defectos y subdesarrollos. Millones de dólares se han empleado en sufragar a paniaguados inventores de la pólvora y desempleados que se hacen llamar intelectuales, con la salvedad que piensan a la carta. La Defensoría del Pueblo emite, cada 15 minutos, una reflexión, un pensamiento, otro cuadro reiterativo, de la inmensa baraja de estulticia colectiva. ¿Es Defensoría o ministerio de Opinión?
¡Lacerantes reflexiones!
por Herbert Mujica Rojas
¿Somos, como dice un escritor crítico, "un país de estúpidos, venales, tarados y subsirvientes que ha podido sobrevir 180 años"? No le falta razón, hasta diría que parece prudente al calificar el comportamiento social promedio en nuestra historia. De gobernantes a gobernados, son pocas las excepciones, un trauma colectivo nos hace aceptar cualquier cosa y los contrabandos parecieran constituir parte del ADN espiritual peruano. Por ejemplo, se hacen leyes, que a las 48 horas deben ser cambiadas, no sólo porque están mal hechas sino porque ¡algunos sectores las deniegan o repudian!