Como es evidente a estas alturas, la audaz decisión presidencial de convocar a un referéndum para la aprobación de cuatro reformas constitucionales, una vinculada a la administración de justicia y tres al sistema político, ha traído más cola de lo que inicialmente parecía. La mayoría aprofujimorista en el Congreso se vio sorprendida, porque tras dos años de arbitrariedad y prepotencia, quien menos esperaban les plantó cara. Convencidos de que la defensa irrestricta del modelo económico que compartieron con el Ejecutivo –y continúan haciéndolo– alcanzaba como telón de fondo para su arbitrariedad, creyeron posible «mecer», si no ignorar, la determinación del mandatario.

Por Raúl Allain (*)

En la actual “sociedad de la información”, nos encontramos viviendo un panorama en el que la humanidad es bombardeada (tele)comunicacionalmente por noticias falaces divulgadas para desorientar y alienar. O en un caso de alteración mínima, se inyecta pseudoinformación y propaganda fabricadas desde medios de comunicación adeptos al poder y al sistema económico imperante.

Por Herbert Mujica Rojas

Los parlamentarios-curul (especie peruana de congresistas unidos a una curul que es parte de su anatomía) ya se afilan las uñas y miran hacia el Senado. Su miopía política, nulidad cultural y ceguera geopolítica, pretenden trasladarla a la llamada Cámara Alta. Por eso impulsan como requisito que para ser senador se requiere haber sido diputado.

Por Herbert Mujica Rojas

Todos ven el rumbo de colisión que la desvencijada nave alanista muestra ante el reto del 7 de octubre, tanto en municipales como regionales. La pérdida de legitimidad electoral es inminente. AG y su taifa multicolor dueña del membrete en Alfonso Ugarte exhibe una bancarrota moral impresionante.

En el marco de la abundancia de candidatos para los gobiernos regionales y municipales del actual proceso electoral, las propuestas programáticas han pasado a un segundo plano. El foco de las preocupaciones de las organizaciones políticas participantes está en salvar las observaciones y tachas, a la espera de la última palabra de las instancias electorales, para seguir en carrera. A esto debemos agregar la indiferencia de un alto porcentaje de la población frente a esta convocatoria, con porcentajes muy elevados e inusuales de ciudadanos, que a menos de tres semanas de las elecciones, en un 39% manifiestan no saber por quién votar o que votarán en blanco o viciado.

Por Samuel Morales Chavarría

La situación actual de la política peruana —tildada con espanto de confrontacional por el conservadorismo limeño — se parece como dos gotas de agua a la escena que domingo a domingo se suscita en los penales peruanos a la hora del término de visita: al transitar por las amplias veredas camino a la salida, los que concurren por primera vez se verán de pronto sorprendidos al hallarse en medio de una feroz pelea entre avezados delincuentes que armados con picos de botella rotos y verduguillos fintean ataques de unos contra otros gritando feroces y bárbaras imprecaciones y procacidades. Rápidamente y a prudente distancia son acordonados por el público visitante que expectante espera de un momento a otro un epílogo sangriento, cuando de pronto y en lo que parece esta vez sí el choque brutal de los contendientes, muchos cierran o cerramos los ojos para no ver la casi segura degollina, y al segundo siguiente, lo que parecía un sangriento desenlace, se troca en el mismo momento del impacto de estos abandonados de Dios, en un abrazo feliz, para sorpresa y respiro de alivio de los espectadores. A renglón seguido el visitante deberá hurgar en sus bolsillos, “una colaboración causita” para recompensar a estos no tan improvisados actores del bajo mundo.

Por Herbert Mujica Rojas

Si el perfil del comportamiento del Congreso sirve de algo, es fácil prever que otorgará el voto de confianza al Ejecutivo. Luego que el presidente Vizcarra les pusiera contra la pared el domingo pasado, no hay otra forma de supervivencia para los legiferantes. Recuérdese: los parlamentarios cobran no poco, puntualmente, son engreídos por los miedos de comunicación y gozan del soporte de pelotones de secretarias y brigadas de asesores.