Torpezas y fracasos. Nadie sabe para quién trabaja
Herbert Mujica Rojas
Ni el supuesto cierre temporal del Congreso comunicado al país el miércoles por el expresidente Pedro Castillo y otras medidas, cumplieron su cometido. Con injustificada prisa el exmandatario pretendió anticiparse a los golpistas parlamentarios que intentaban por tercera vez la ambicionada vacancia. Don Pedro desencadenó las condenas, las renuncias clamorosas y, por último, la expresión militar y policial que le dejaban huérfano de cualquier respaldo.