Democracia S.A.
Damos por descontado que una real democracia no puede desarrollarse sin partidos políticos. Esta es una de las razones fundamentales por la cual nuestra democracia peruana resulta siempre tan endeble. Sin embargo, los partidos políticos como tal pueden ser también susceptibles de corrupción, lo cual no es nada nuevo. Cuando los intereses de ciertos grupos de poder logran manejar a los partidos políticos o, peor aún, a ciertos individuos en función de su conveniencia estamos hablando de un sistema democrático que obedece al dinero y ya no a la representación de los ciudadanos. Algo así acaba de ocurrir en Estados Unidos.