Los norteamericanos si tienen motivos para rebelarse
Los norteamericanos si tienen motivos para rebelarse
Cuando Mohamed Bouazizi terminó de verterse gasolina en la calle la mañana del 17 de diciembre de 2010 ante la oficina del gobernador en la ciudad tunecina de Sidi Bouzid (“¿Cómo pretendes que me gane la vida?"), prendió la llama de una revolución que se propagó con celeridad por el país y otros vecinos. Túnez primero, Egipto, Libia y varios otros después, empezaron a sublevarse durante los meses siguientes contra la corrupción política y el autoritarismo, con la misma rabia que sintió el joven Bouazizi cuando la policía le confiscó los productos que vendía en su carro, y con los que mantenía a una familia de ocho, según indicaron los medios.