¿Existen los partidos políticos?
por Herbert Mujica Rojas
Ni fiscalizan, ni asumen la defensa política en las calles, oficinas, proyectos o tienen alguna importancia en cualquier decisión, los partidos son etiquetas, algunos muy añejos, que caminan paquidermos rumbo al suicidio y con vocaciones autodestructivas incomprensibles. Ni siquiera llegan a fraternidades vinculadas a la querencia común de cánticos o historias porque se da el caso curioso que no conocen sino referencias maquilladas y las voces más importantes se refieren a hechos que lindan con actos delictivos. Si estuvieron en Palacio, la falta o desaparición de fondos, la profusión de favoritismos y el cohecho signan su paso; si son parte de las organizaciones de nuevos gángsteres, su colaboracionismo con las transnacionales y la potencia norteamericana indisimulable, les señala como engranaje del sistema aunque muy bien rentados y con caparazones que hablan de derechos humanos y temas similares. No obstante el asunto delicado es que no construyen patria o tejen urdimbre social que reconozca elan desde la base y ajena a los dólares compra-conciencia o a los dineros públicos. Los partidos políticos no existen y son más bien clubes electorales o usinas de tecnócratas.