El incremento del consumo de antidepresivos está causando efectos adversos en los peces de ríos, que se dejan pescar con más facilidad debido a la presencia de pequeñas cantidades de estos fármacos en el agua.
El estudio, realizado por la Unversidad de Umea, Suecia, fue publicado en la revista Science.
Los sedantes están volviendo más relajados a los peces y les hace comer más rápido, lo cual también hace temer que sean presas fáciles de los depredadores.
Esta contaminación podría dañar a los ecosistemas marinos delicados, indican los investigadores.
El fármaco hallado fue benzodiazepina, para tratar la ansiedad y el insomnio, llamada también oxazepam, que además vuelve a los peces menos sociables, lo cual se observó en las percas estudiadas, que normalmente son tímidas y cazan en grupo.
El doctor Jerker Fick, quien condujo el estudio, planteó que la solución no es detener la medicación de los pacientes, sino desarrollar tratamientos de desagüe con mejores filtros, que impidan a las sustancias nocivas llegar a las aguas.