Científicos y profesionales del sector agroalimentario defienden la biotecnología agraria
La aplicación tecnológica en la agricultura y la ganadería como desarrollo social, económico y medioambiental.
La finalidad de la biotecnología agraria es contribuir a la mejora de la calidad de vida del ciudadano y no se puede entender como un problema.
La Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible (PTAS), el departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA), y el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAAMA), han celebrado la jornada 'Biotecnología y su contribución a la agricultura sostenible' con la ponencia magistral de Peter J. Davies, profesor de Fisiología Vegetal en la Universidad de Cornell (Estados Unidos), quien ha analizado el papel de la biotecnología agraria como herramienta para garantizar la seguridad alimentaria y el uso eficiente de los recursos disponibles.
En su intervención, el científico estadounidense ha resaltado la importancia del uso de organismos modificados genéticamente en la producción de alimentos. Desde su punto de vista, los cultivos transgénicos son clave para asegurar el suministro alimentario mundial de una población en constante crecimiento. Para Davies, no hay ninguna evidencia científica de riesgo diferente entre los cultivos modificados genéticamente y los convencionales, una tecnología que para él representa innovación, competitividad y sostenibilidad.
Durante el encuentro, se ha desarrollado un debate transparente donde han participado científicos y profesionales del sector, y en el que se ha valorado la biotecnología agraria como una herramienta para una agricultura más sostenible.
En el acto intervino Adolfo Díaz-Ambrona, secretario general técnico del MAAMA, quien resaltó que la finalidad de la biotecnología agraria es contribuir a la mejora de la calidad de vida del ciudadano y que no se puede entender como un problema, hay que verlo como una solución.
Durante la jornada, Pere Arús, director científico del IRTA, ha destacado como 'la biotecnología debe ser un contribuyente a la producción ecológica por los beneficios medioambientales que suponen'. Desde su punto de vista, ambos tipos de producción no son incompatibles, sino complementarios a la hora de hacer frente a los retos de la producción agroalimentaria.
Por su parte, Eduardo Baamonde, director general de Cooperativas Agro-alimentarias de España, ha resaltado el papel de la Unión Europea en comparación con la política de otros países y ha asegurado que ante un mundo cada vez más globalizado no se pueden decir que no a la biotecnología.
En el acto también han intervenido Ramón Clotet, secretario de la Fundación Triptolemos y Miguel Ángel Higuera, director adjunto de ANPROGAPOR. Todos coincidieron en la importancia de la transparencia por parte de la comunidad científica para que no haya desconfianza de la sociedad hacia esta tecnología.
Cerró la jornada Antonio Villarroel, presidente de la Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible, resaltando el papel clave de la biotecnología agraria como herramienta de valor para una agricultura sostenible.
Plataforma Tecnológica de Agricultura Sostenible
Nació en 2009, a partir de la Orden CIN/1728/2009, como un foro de trabajo para el intercambio de información y conocimiento, que pretende mejorar la percepción de las tecnologías aplicadas a las áreas agrícola y ganadera. Está financiado por el MINECO (Ministerio de Economía y Competitividad).
Por otro lado, entienden la agricultura sostenible como un modelo irrenunciable e incuestionable, con el que satisfacer las necesidades alimentarias actuales de los ciudadanos, garantizando la productiva, la calidad de los productos y la seguridad alimentaria.
Para ello, es imprescindible el apoyo institucional tanto al avance tecnológico y a la investigación, como la elaboración de un marco legislativo adecuado que posibilite la aplicación de estos avances.
El futuro del sector se cimenta en la investigación y el desarrollo tecnológico que contribuya al incremento de la productividad agroalimentaria a la vez que se asegure el mantenimiento y buen uso de los recursos naturales existentes, sin la renuncia del acceso por parte de los ciudadanos, con independencia de su clase social y situación económica, a alimentos básicos en una dieta variada y a un precio asequible.
La mejora en la agricultura y las innovaciones tecnológicas es la única baza para mantener el abastecimiento de alimento necesario para cubrir la demanda mundial, consiguiendo al mismo tiempo equilibrar los precios.
Desde la década de los 50, la población mundial se ha multiplicado por dos. En un horizonte muy próximo, se alcanzarán los 7.000 millones de habitantes en el planeta Tierra.
El crecimiento demográfico que presentan los países subdesarrollados y la mayor esperanza de vida en el Primer Mundo provocan que las previsiones de crecimiento se disparen: la ONU baraja la posibilidad de llegar a 9.000 millones de habitantes en 2050 y a los 27.000 millones un siglo después.
Para más información:
Ricardo Migueláñez.
Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.