Especialistas advierten
Los alimentos enlatados no deben presentar ninguna abolladura, hinchazón, hendiduras (maltratadas) ni oxidación. El especialista en nutrición del Instituto Nacional de Salud (INS), Lic. César Domínguez, dijo que estos alimentos no son aptos para el consumo humano, independientemente de su fecha de caducidad.
“Consumir un producto enlatado en malas condiciones, constituye un riesgo para la salud”. Generalmente esto es producido por un inadecuado manejo en el procesamiento, transporte o almacenamiento de las latas, convirtiéndose en un peligro para la salud del consumidor, dijo el nutricionista.
Domínguez Curi dijo que ningún método de conservación ofrece protección frente a todos los riesgos posibles durante un periodo ilimitado de tiempo. Por ello se debe tener en cuenta que existen agentes patógenos que producen toxinas los cuales alteran el buen estado de conservación del alimento.
“La bacteria más común en los enlatados es el Clostridium botulinum, que produce una poderosísima neurotoxina que al ser ingerida junto con los alimentos es absorbida a través del intestino, pasa a la circulación y de allí a las terminaciones nerviosas, provocando el Botulismo”, precisó.
Los primeros síntomas, que se presentan entre las 12 y 36 horas posteriores al consumo de estos alimentos, son náuseas, vómitos, estreñimiento, debilidad y sequedad de la garganta, seguido de trastornos neurológicos como dilatación pupilar, visión borrosa, dificultad para tragar, debilidad general. Finalmente parálisis respiratoria y la muerte.
Los alimentos enlatados que presentan con mayor frecuencia la bacteria que produce el Botulismo son las de carnes, jamón curado, patés, salchichas, embutidos, pescados (conservas), pimientos, espárragos, vainitas, champiñones, maíz, miel, entre otros.
“Por eso es importante revisar el buen estado de las latas, advirtió el nutricionista.
Medidas de prevención
· Rechazar el producto, si alguna parte de la lata está abollada, hinchada, hendida (maltratada) u oxidada.
· Lea las instrucciones para la conservación luego de la compra (revisten mayor importancia en congelados, deshidratados y precocinados) y la fecha de caducidad.
· Al momento de comprar el producto, verifique el nombre del mismo, el número de registro sanitario expedido por el Ministerio de Salud (DIGESA), el peso o volumen del alimento, la identificación del fabricante por medio de su nombre y domicilio legal.
· Luego de abrir una lata de conserva, vacíe el contenido en un recipiente de vidrio o de plástico y guarde el sobrante en el refrigerador; nunca lo conserve en el envase original.
· Es preferible elegir aquellas cuya fecha de caducidad indicada en la etiqueta sea menos próxima.
El nutricionista del INS advierte que para algunos casos (productos evaporados y/o condensados) es conveniente voltear los envases de vez en cuando para evitar la excesiva sedimentación.
De igual forma, tratar de consumir el alimento enlatado el mismo día de su apertura, puesto que fuera del envase están propensos a contaminarse.