Una mujer que sufría de discapacidad física fue arrollada esta mañana en la avenida Salaverry, frente al ministerio de Trabajo, donde laboraba.
Testigos del trágico incidente aseguran que la infortunada, Pili Díaz Pinedo, que usaba una muleta, descendió cuando el microbús, de una ruta Lurigancho-Chorrillos se había detenido en medio de la pista, no en la vereda. La víctima habría caído mientras el vehículo arrancó sin esperar que la mujer termine de apearse, estando en luz verde, señalaron.
El chofer del bus, Gerardo Aquino Huacanca, arrolló hace años a un anciano, quien no pudo soportar una operación tras el atropello. Según el SAT, tiene 19 papeletas por faltas graves y cuatro muy graves, que totalizan más de nueve mil soles.
Hoy también un anciano pereció atropellado en Lima, en una preocupante y creciente ola de estos casos.
No descienda en medio de la pista, exija sus derechos porque la autoridad no los hace respetar
Muchos pasajeros, por ahorrar tiempo o por desconocer las normas descienden cuando el vehículo de pasajeros se ha detenido en medio de la pista o a la izquierda, no en una vereda,a la derecha, lo cual se ha convertido ya casi en costumbre.
Toda persona tiene el derecho de exigir que el conductor se detenga junto a la vereda, al lado derecho de la vía, de lo contrario tome el número de placa y denuncie a la unidad de transporte, porque es una infracción.
Como casi nadie reclama, los choferes irresponsables persisten en su conducta, que esta vez causó la muerte de una persona.
Sea solidario, si a un pasajero, en especial si es menor de edad, anciano o discapacitado, el conductor no lo respeta y se niega dejarlo en un paradero autorizado, ayude de alguna manera, ya sea sumándose a su voz o ayudando a tomar el número de placa para denunciar ante el primer policía a la vista, pues hay choferes tan irracionales que pese a conocer cuál es su obligación, incluso ante reclamos, deciden pisotear todas las normas existentes. Si esto se pusiera en práctica los conductores tal vez ya habrían sido educados por la ciudadanía y no sucederían desgracias como esta.
Si tuviésemos autoridades que, en lugar de buscar altos puestos para servirse de ellos, tuviesen como meta realizar un buen trabajo por ser su deber, no deberíamos ocuparnos de lo que hay que hacer para protegernos, pero tenemos que hacerlo más allá de lo impensable, porque a la mayoría de burócratas en las planillas doradas sólo les interesa un buen sueldo y moverse al ritmo de intereses partidarios o apetitos económicos.
Cuando sucede un hecho como este, todos declaran que no es su responsabilidad: municipalidades, ministerios, legisladores, jueces y fiscales, pero todo sigue igual, no se quita la licencia a choferes o líneas de transporte que acumulan faltas graves, y por allí siempre se denuncia que malos jueces y fiscales liberan a culpables de estos homicidios. No hacen nada, la ciudadanía tiene que buscar cómo defenderse.
Tampoco se emprende una labor seria y masiva de capacitación de choferes en trato al público, pues es evidente que parte de ellos tienen una formación en conducción y trato al público deficientes, esto sumado al estrés que produce el caos vial en Lima, realidad que hace necesario enseñarles manejo del estrés..