Claudia Cisneros
Desde este 1 de agosto, unos 4 millones de peruanos comenzarán a ser asaltados formalmente por el sistema de AFP. Sin argumentos sociales o económicos que la sustenten, la ley que las AFP lograron meter el año pasado al Congreso, obliga a los trabajadores independientes a afiliarse a ellas y entregarles un porcentaje de sus ingresos.
No solo es un soberano abuso que conculca el principio básico de la libertad individual para decidir qué hacer con el dinero de cada uno, sino que tiene como argumento falaz que el Estado se preocupa porque sus ciudadanos no terminen convertidos en una carga social en sus años *no productivos*. Ojalá y esa fuera la real preocupación detrás de esta ley. Quizás haría sentido si esa preocupación se reflejara en quienes al margen del sistema no aportan siquiera sus obligaciones tributarias y menos, probablemente, toman previsiones futuras. ¿Qué hace el preocupado Estado por ellos?
La ley ha sido incluso criticada por el propio BCR que considera que la comisión que las AFP cobrarán desde un comienzo por estos aportes es demasiado alta. Recordemos que la obligatoriedad de aportes se tendrá que hacer de forma escalonada.
Para los trabajadores independientes inscritos en la ONP:
Desde agosto de 2014 hasta julio de 2015 deberán aportar el 5% de sus ingresos mensuales.
Desde agosto de 2015 hasta julio de 2015 deberán aportar el 7.5% de sus ingresos mensuales.
Desde agosto de 2016 hasta julio de 2017 deberán aportar el 10% de sus ingresos mensuales.
A partir de agosto de 2017 el aporte será el 13% de sus ingresos mensuales.
Para los trabajadores independientes inscritos en el Sistema Privado de Pensiones (AFP):
Desde agosto de 2014 hasta julio de 2015 deberán aportar el 2.5% de sus ingresos mensuales.
Desde agosto de 2015 hasta julio de 2015 deberán aportar el 5% de sus ingresos mensuales.
Desde agosto de 2016 hasta julio de 2017 deberán aportar el 7.5% de sus ingresos mensuales.
A partir de agosto de 2017, el aporte será el 10% de sus ingresos mensuales.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias? Lo más probable es que las usuales tarifas netas del trabajador independiente se tengan que ver reducidas en tanto que el contratante deberá retener una mayor cantidad del pago efectuado por el servicio. Y sin lugar a dudas el presupuesto total del trabajador independiente sufrirá importante merma. Lo que no es poca cosa si se toma en cuenta que, precisamente, una de las debilidades de ser un trabajador independiente es mayor falta de regularidad y estabilidad de los trabajos.
Por todo ello no deja de llamar a suspicacia la forma en que se modificó y aprobó el proyecto de Ley inicial de Delgado, que no incluía este aporte obligatorio de los independientes. Y resulta aún más sospechoso a la luz de lo que se acaba de revelar desde la Central de Riesgos de la SBS, que el Congreso de la República mantiene con las AFP una deuda por más de 3 millones de soles en aportes impagos a sus trabajadores. (Y razón por la cual la SBS acaba de otorgarle la peor de las calificaciones). Hay quienes incluso circulan la información de que una nutrida bolsa con jugoso porcentaje de comisión por recaudación de los independientes, sería generosamente compartida con algunos legisladores. Cierto o rumor, la presión popular logró detener por un año este despropósito, pero hoy volvemos al mismo punto. Aun cuando por lo menos otros 10 proyectos de ley se presentaron luego del inicial, casi todos planteando la suspensión o derogatoria de esa obligación, no hay visos en el Congreso de que se quiera siquiera pasar a discutir. Al parecer todos dan por descontado que el 1 empieza el asalto. Que cuenten también con la bulla en las calles que empieza este miércoles 16 de julio a las 6:00 p.m. en la Plaza San Martín.
La República, 13.07.2014