Beatriz Martín*

La gran mayoría de las personas usa de manera habitual el congelador para poder disponer de una reserva de comida en cualquier momento. Se trata de una tarea cotidiana muy práctica, pero  ¿sabemos cuál es la vida útil de los alimentos en el congelador? Seguro que en alguna ocasión más de uno se ha planteado esta incógnita. La respuesta es clara: depende de cada tipo de alimento. Es necesario saber que los productos congelados tienen fecha de caducidad.

carnes congeladas

 

En términos generales, los alimentos que menos resisten el paso del tiempo en el congelador  son los helados, que deben ser consumidos antes de dos meses.  Lo mismo sucede con los huevos y el yogurt. Por el contrario el queso, tanto curado como sin curar, y las frutas son los alimentos que mejor resisten el paso del tiempo dentro del congelador,  ya que pueden aguantar entre seis y doce meses sin echarse a perder.

Asimismo, en el caso de los productos básicos, como el pan, hay que tener en cuenta que el tiempo recomendado para que se conserve congelado es de entre dos y tres meses como máximo. Los productos que contienen proteínas ocupan un papel destacado en nuestro congelador, como la carne de pollo, que destaca por aguantar una gran cantidad de tiempo, hasta un total de 12 meses.  Por el contrario, la carne de cordero y ternera no se debe guardar más de 9 meses si está sin cocinar. En cuanto al pescado, lo normal es que se conserve en el congelador hasta un máximo de 6 meses para garantizar su calidad.

Congelados frente a frescos
Alrededor de los productos congelados se ciernen muchas leyendas y comentarios que no siempre son acertados. Por ello, anualmente se celebra El Mes del Congelado, una iniciativa promovida por los fabricantes que integran la Plataforma del Congelado y coordinada por AECOC, con el objetivo fundamental de difundir al consumidor las propiedades organolépticas de los alimentos congelados.

Y es que muchos de los productos que se comercializan en las cámaras congeladas de los supermercados e hipermercados son mucho más nutritivos que los alimentos frescos. La principal diferencia entre el alimento fresco y el congelado es que el segundo se ha sometido a una disminución de temperatura que produce la congelación de su componente principal, el agua. Con ello aumenta su vida útil, se asegura su calidad microbiológica, sin apenas alterar sus cualidades y, además, proporciona más higiene y seguridad hasta el momento de su consumo.

Estrategia ‘Más alimento, menos desperdicio’
Los expertos señalan que los productos congelados tienen la misma calidad que los frescos. Además, tampoco es baladí reseñar que los congelados ayudan a reducir el desperdicio alimentario.

Para hacernos una idea global del problema que supone el desperdicio, España es el sexto país de la Unión Europea que más comida desecha con un total de 7, 7 millones de toneladas. Entre los principales motivos del desperdicio se encuentra el deterioro de los alimentos por su mala conservación o exceder el tiempo de consumo.

Para combatir este problema, el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente ha puesto en marcha la ‘Semana de la Reducción de Desperdicios’ con el objetivo de concienciar a la población sobre la importancia del aprovechamiento de la comida. La iniciativa responde a la estrategia ‘Mas alimento,  menos desperdicio’, desarrollada  por el Ministerio desde el año pasado y destinada a reducir las pérdidas de los alimentos que se generan.

El caso de Francia
Esto es lo que ocurre en España, pero no menos llamativo es el caso de Francia, que se encuentra de plena actualidad, ya que la Asamblea Nacional acaba de aprobar una ley que prohíbe a los supermercados tirar a la basura productos de alimentación que se han quedado sin vender pero que aún se encuentran en condiciones de ser consumidos, como ocurre, por ejemplo, con envases que han sufridos daños.

Con esta medida legislativa, en Francia se intenta poner freno al desperdicio alimentario, ya que cada francés tira a la basura entre 20 y 30 kilos de comida, por un valor de unos 15 millones de euros. El objetivo es aprovechar la comida de la mejor manera y evitar derroches innecesarios.

Es conveniente tomar conciencia que todos los alimentos que se desperdician están relacionados con problemas que se pueden prevenir, evitar y mejorar.

*Periodista
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