Ilaria Mulinacci
El aceite de oliva es uno de los alimentos más fáciles con los que cometer fraude. ¿Por qué? Las propias características del aceite, en ocasiones, dificultan la catalogación de muestras y los laboratorios tienen problemas a la hora de detectar si se ha producido una mezcla.
El del aceite es uno de los sectores alimentarios más importantes para Europa, primer productor mundial,y en los últimos meses se ha filtrado a los medios de comunicación una carta del Ministerio de Agricultura en la que se alertaba a las comunidades autónomas sobre un posible fraude en el aceite.
Para evitarlo, el Ministerio propone que los inspectores tomen unas muestras para el análisis de los lotes de aceites; así se determina la calidad del producto. Esas muestras deben ser precintadas y de esta manera se evita la manipulación. Sin embargo, a pesar de que ya existen esas medidas de precintado, los defraudadores consiguen abrir y meter en una de las catas un aceite de mejor calidad. Lo envían a la Administración para un contraanálisis que sale, obviamente, de un rango de calidad más alto, según explican fuentes del sector conocedoras de los procesos.
Datos del aceite
España es el primer productor mundial en superficie y cantidad, representando aproximadamente el 60% de la producción de la UE y el 45% de la mundial. La media de producción en las seis últimas temporadas de las que hay datos ha sido de 1.215.798 toneladas.
Mientras que el aceite de oliva virgen cuesta entre 3,5 euros el litro (las marcas blancas) y cinco euros, el virgen extra oscila entre los 4,1 euros y los seis euros el litro. En el caso de los lampantes, los aceites de oliva de más baja calidad pueden caer hasta los 2,5 euros por litro, con lo que vendidos a precio de virgen extra pueden duplicar su precio.
Consecuencias para los consumidores
Los consumidores no deben preocuparse por su salud, ya que se aclara que estos aceites no son de mala calidad, sino del fraude que va directamente al bolsillo del cliente. La Unión Europea, conocedora de la importancia en la difusión del aceite de oliva, está poniendo en marcha sendos proyectos con la finalidad de detectar los nuevos métodos de fraude que se están cometiendo constantemente. En el territorio español, la OCU ha exigido que se publiquen los nombres de los productores fraudulentos para que los consumidores sepan qué aceite deben comprar y cuál no. De esta manera, las sanciones pueden ser aplicadas con más eficacia.
Por desgracia, esta situación no es nueva, ya que en los últimos 20 años se han encontrado varios problemas en determinados estudios que han salido a la luz y que han demostrado que ha habido mezclas con aceites de semilla y que muchas marcas se vendían como aceite de oliva virgen extra, cuando no lo eran.
¿Cómo afecta al sector?
Los fraudes perpetrados a lo largo de los años en este sector debilitan la imagen del aceite de oliva virgen extra y confunden a los consumidores. Sobre todo, teniendo en cuenta que se trata de un producto fundamental en la alimentación mediterránea. Por esta razón, existen asociaciones que se dedican precisamente a reunir a los mejores productores de AOVE, necesarias para conservar por encima de todo, los requisitos indispensables para pertenecer a esta categoría.
QvExtra! Internacional, asociación sin ánimo de lucro dedicada a defender los intereses de los productores de AOVE, integra solo a los productores que respetan los estándares de alta calidad de un virgen extra. Además, el sello de calidad SIQEV es la garantía por la cual un aceite se encuentra en una categoría superior a los requisitos que se piden a nivel nacional. De este modo, se consigue un producto con una calidad excelente, desde su producción hasta su llegada a la mesa.
Estas iniciativas devuelven credibilidad al sector y ofrecen al consumidor final la posibilidad de conocer a fondo el producto que están comprando. Sin engaño para el bolsillo ni para la salud.