Lourdes Gómez
Brasil, Congo y Rusia están entre los más de cien países que se han comprometido a poner fin a la deforestación y la degradación de la tierra para el año 2030, en el primer gran pacto alcanzado en la COP-26, que se celebra en la ciudad escocesa de Glasgow.
El anfitrión de la conferencia de Cambio Climático de la ONU, el primer ministro británico Boris Johnson, presentó el acuerdo contra la tala masiva e ilegal de árboles como un "triunfo vital en la lucha para contener" el calentamiento global del planeta, que además aportará "una enorme oportunidad económica".
AYUDA FINANCIERA
Representantes de 114 naciones respaldaron la "Declaración de los bosques y el uso de la tierra", que fija en el año 2030 el objetivo de acabar con la deforestación. Este nuevo horizonte está avalado por una promesa de 12.000 millones de dólares en inversiones públicas y de 7.200 millones en aportaciones privadas.
"Debemos detener la devastadora pérdida de nuestros bosques, renunciar al papel de la humanidad como conquistador de la naturaleza y convertirlo en guardián de la naturaleza", instó el jefe del Gobierno del Reino Unido.
Los firmantes representan el 85 por ciento de la superficie boscosa del planeta, incluida la selva del Amazonas que "está al borde" del desastre, según la organización líder en conservación del hábitat natural, WWF
Todos ellos se comprometieron a "trabajar colectivamente a fin de parar y revertir la pérdida de bosques y la degradación de la tierra para 2030". Avalaron también el esfuerzo colectivo con el "desarrollo sostenible" y la "transformación rural inclusiva".
PROMESAS INCUMPLIDAS
No es la primera vez que líderes políticos abogan por la protección de las "catedrales de la naturaleza" que funcionan como los "pulmones de nuestro planeta", según comparó Johnson. La anterior declaración se acordó en la conferencia climática de Nueva York, de 2014, y la tala de árboles se ha disparado desde entonces.
En Brasil, bajo el mandato de Jair Bolsonaro, el ritmo de deforestación creció un 9,5 por ciento el año pasado y se recortó la inversión en programas de protección de la Amazonia. Con la mayoría del mundo confinado a consecuencia de la pandemia del coronavirus, se perdieron 12.2 millones de hectáreas de cobertura boscosa en los trópicos en 2020, según estimaciones del World Resources Institute (WRI).
La serie anual del reputado instituto en recursos mundiales calcula que un área del tamaño de Holanda, unos 4.2 millones de hectáreas del total de árboles talados, se ubicaba en zonas tropicales húmedas, esenciales por su biodiversidad, absorción y retención de carbón. "Las emisiones de carbono resultantes de estos bosques perdidos equivalen a las emisiones anuales de 570 millones de automóviles", afirman las autoras del informe del WRI.
Escépticos de la iniciativa presentada en Glasgow subrayan que no se ha detallado el proceso de implementación de los objetivos, el sistema de vigilancia sobre el terreno y los mecanismos de distribución de las ayudas. Esperan a estudiar la letra pequeña antes de dar su absoluto respaldo a la declaración.
DERECHOS BÁSICOS
Celebran, en una primera lectura, la inclusión del reconocimiento de los derechos de los pueblos indígenas entre sus principios aceptados. "No hay solución a la crisis climática sin nosotros", advirtió la asociación de la Articulación de los Pueblos Indígenas de Brasil (Apib), que tiene una importante presencia en Glasgow.
"Este es un camino sostenible a largo plazo para acabar con la pérdida de nuestros bosques, proteger nuestra sagrada biodiversidad y contribuir a mantener viva la ambición de (contener el calentamiento) a 1,5 grados centígrados", afirmó el primer ministro británico.
Esta tercera jornada de la cumbre climática, que se prolongará hasta el 12 de noviembre, contó entre sus asistentes con el actor Leonardo DiCaprio y Jeff Bezos, el empresario de vuelos espaciales fundador de Amazon, y marcó la despedida de los líderes mundiales.
Más de 80 países secundaron la llamada de Estados Unidos y la Comisión Europea para recortar, antes del final de la próxima década, un 30 por ciento de las emisiones de metano. Fue otro paso singular en el esfuerzo colectivo contra la emergencia climática.
Con información de Sputnik