La cantidad de residuos plásticos en los océanos está aumentando. La UE quiere contrarrestar esto prohibiendo varios productos. Pero soluciones efectivas requerirían enfoques muy diferentes, opina Felix Steiner.
Si la política depende sobre todo de símbolos y grandes gestos, como aseguran los cínicos, entonces la Unión Europea (UE) está en el camino correcto. Sin duda, el mundo será mejor con la anunciada prohibición de cubiertos desechables, pajitas, cañitas, popotes, sorbetes o absorbentes y bastoncillos de algodón hechos de plástico. Sin embargo, el beneficio para una mayor limpieza en los océanos –y es de eso de lo que supuestamente se trata aquí- será más bien marginal. Pero lo principal es que acá en Europa nos sentimos bien, pues hicimos algo.
Entre toda esta basura, lo que menos hay son los bastoncillos de algodón.