Economías asiáticas y la trinidad imposible
Por Humberto Campodónico
Hace 11 años comenzó la crisis asiática, cuya causa fue el sobreendeudamiento externo motivado por la irrestricta apertura de la cuenta de capitales de la Balanza de Pagos. Es por eso que este tema ocupó gran parte de las discusiones en el seminario internacional de Penang, organizado por la Red del Tercer Mundo.
Hasta principios de la década del 90, la entrada de capitales a los países asiáticos estaba fuertemente regulada. Los residentes, por ejemplo, no podían tener cuentas en dólares ni sacar sus ahorros fuera del país. De su lado, las empresas extranjeras no tenían libre disponibilidad de moneda extranjera y solo podían remesar una parte de sus utilidades. Además, estaba muy regulada la entrada de capitales de corto plazo, que venían al sistema financiero o a la Bolsa de Valores.
Pero el FMI insistió en el libre flujo de capitales, lo que se hizo, salvo en India y China. El resultado fue una enorme entrada de capitales, en buena medida de corto plazo, que produjo burbujas en distintos sectores de la economía, sobre todo el inmobiliario. Cuando estalló la burbuja, la región se vino abajo, menos China e India.
Once años después, la apertura de la cuenta de capitales continúa en la región y que China e India también han avanzado en esta dirección, aunque mantienen una serie de controles y regulaciones. Pero el panorama del 2008 es distinto a 1997: casi todos los países tienen significativos superávits provenientes en la cuenta corriente, generando un enorme aumento de las reservas internacionales.
El problema hoy es cómo administrar el "exceso de liquidez" en un contexto de recesión en EEUU, así como de alza de la inflación por los precios del petróleo, las materias primas y los alimentos. Se constata, de un lado, la apreciación de las monedas nacionales (exceso de dólares) y, de otro, una tendencia a subir las tasas de interés para combatir la inflación. Allí está el problema para muchos. ¿Suena parecido? Sí. Pero hay una diferencia clave: el superávit comercial asiático se da por competitividad industrial, mientras el peruano depende de las materias primas y sus precios.
El economista Yu Yongding, del Instituto de Economía y Política Mundial de la Academia China de Ciencias Sociales, explicó que este era un problema clásico de la "Trinidad Imposible", explicado por Robert Mundell: si se sube la tasa de interés para frenar la inflación, con apertura de la cuenta de capitales, la entrada de dólares apreciará la moneda nacional. Y si la tasa de interés no se baja para que no entren capitales especulativos, entonces aumenta la demanda y, también, la inflación (ver "El BCR y el trilema imposible", www.cristaldemira.com, 24/4/08).
Explicó que si en China se abriera totalmente la cuenta de capitales (que hoy es limitada), eso implicaría también la libre flotación del yuan. Afirmó que, en caso de shock externo, se podría producir una masiva fuga de capitales de hasta US$ 790,000 millones (fuga de ahorros, deuda de corto plazo y, sobre todo, remesas de utilidades) lo que equivale al 27% del PBI de US$ 2.95 billones.
Esa política no solucionaría tampoco uno de los problemas centrales, el de los enormes excedentes gemelos (de inversión extranjera y de la cuenta corriente de la Balanza de Pagos) que están en el origen de los "excedentes de liquidez".
Para Yu, China debe continuar con las políticas gradualistas de los últimos 30 años, a las que se opuso siempre el FMI, recomendando el shock, como en Rusia, que fue un fracaso completo. Para reducir el exceso de liquidez hay que tomar medidas ad hoc como alentar la inversión china en el exterior, permitir que la inversión extranjera use el ahorro nacional (hoy no puede) y controlar mejor los flujos de entrada de capitales. Afirma que la apertura de la cuenta de capitales es un objetivo de muy largo plazo que no tiene por qué implementarse de golpe.
Resumiendo: si bien no existe en Asia una política uniforme, la apertura de la cuenta de capitales (que existe en la mayoría de países) es mirada siempre con aprehensión porque les recuerda lo que sucedió en 1997-98. No es el dogma lo que prima, sino el análisis de la situación concreta.
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