laboratorio lima surEl indicador estándar del esfuerzo innovador es el gasto en investigación y desarrollo (I + D). El Perú gasta solo 0,16% del PBI en I + D, versus 2,4% en promedio de un país de la OCDE.

 

El gobierno ha destinado S/.1.500 millones en fondos para la innovación y ha aprobado una ley para promoverla consciente de que innovar es imperativo para elevar nuestra productividad, la
variable económica más importante para el desarrollo.

La innovación en la mira

La influyente revista Foreign Affairs (www.foreignaffairs.com), dedicó su última edición al tema de la innovación. En ella, varios expertos —empresarios, académicos, y periodistas— tocan diferentes aristas del tema, pero un consenso parece permear:

La mayoría de economistas coincide en que el Estado debe incentivar el I + D por al menos tres razones. Primera, un empresario que invierte en I + D corre el riesgo de que si es exitoso puede ser fácilmente copiado. Y si fracasa pierde lo invertido.

A la vez, un empresario que imita no arriesga. Solo necesita copiar a los que innovaron. Así, es más rentable imitar que innovar. Como consecuencia, el país innova muy poco. (P. Ghezzi)

La innovación es crucial para el desarrollo económico, y ésta no surge sin la participación activa del Estado.

Cómo hacer mejor nuestro trabajo Todos, en cualquier instancia en la que nos desempeñemos (profesores, obreros, empresarios, comerciantes, dueñas de casa), alguna vez nos hemos preguntado cómo hacer mejor nuestro trabajo.

“¿Y si cambio esto?” “¿Por qué no lo haces así?” “¿Qué pasará si lo hago de esta forma mejor?”

Innovación, un rasgo esencial

La innovación es un rasgo esencial de los seres humanos. Implica tener curiosidad intelectual acerca de los procesos en los que nos desempeñamos. Nace de la búsqueda humana por la perfección. Requiere, muchas veces, equivocarse (J. Cristóbal, E&N, feb 2015).

Para innovar se necesita perseverancia, esfuerzo, y entender que las recompensas del sacrificio no siempre serán inmediatas. Es preciso saber aprender de los fracasos y construir sobre los éxitos.

Pregúntenle a cualquier empresario exitoso

Del primer mundo acerca de la receta del éxito, y el tema de la innovación saltará a la vista. Los citados en el número de la revista en cuestión —Steve Jobs de Apple, Jeff Bezos de Amazon, Megan Smith de Google, Marcelo Claure de Sprint, Helen Greiner de iRobot, Michael Moritz de Sequoia Capital— coinciden en que el principal reto de las organizaciones es desarrollar los equipos y las habilidades que lleven a innovaciones exitosas.

Un problema fundamental de la innovación

Es que el sistema financiero actual no es muy amigo de eso de financiar fracasos con el fin de obtener un éxito en mediano plazo.

En palabras de Moritz, cuya empresa de capital semilla ayudó a financiar a Cisco, Google, WhatsApp y Yahoo, entre otras:

“A lo largo de los años, nos sangró la nariz en muchas oportunidades y cometimos errores garrafales, ya sea en compañías en las que invertimos o en compañías en las que no invertimos pero hemos debido hacerlo.

Pero tenemos un record razonablemente decente de no perder enormes cantidades de dinero invirtiendo en compañías que están más allá de etapas embrionarias.”

La economista de la Universidad de Sussex, Marina Mazzucato, explica en su libro “The Entrepreneurial State” que muchas de las grandes innovaciones que disfrutamos actualmente se originan en alguna actividad del Estado.

Es imposible imaginarse el desarrollo

La visión convencional de lo que debe hacer el Estado para fomentar la innovación es simple: sólo tiene que salir del camino. En el mejor de casos, el gobierno se limita a facilitar el dinamismo económico del sector privado. Para este punto de vista, el secreto detrás de Silicon Valley se halla en sus empresarios y capitalistas de riesgo. El Estado puede intervenir en la economía, pero sólo para corregir las fallas del mercado o nivelar el campo de juego . http://www.foreignaffairs.com/articles/142496/m ariana-mazzucato/theinnovative-state.

De muchas drogas sin el papel del National Institute of Health. Varias de las características innovadoras del iPhone provienen de proyectos de entidades estatales —la Internet nació del Defense Advanced Research Projects Agency, el GPS comenzó con un programa militar llamado Navstar, e incluso la tecnología touch de la pantalla que posiblemente esté usando para leer este artículo nació de una beca de la National Science Foundation. Son pocas las innovaciones recientes que pueden decir que no recibieron apoyo directo de algún programa estatal.

Esto no quiere decir que

Cualquier gasto en innovación sea productivo. El Estado requiere una estructura organizativa que sepa capturar, fomentar y difundir el conocimiento, y que sepa identificar áreas clave en las que invertir – no da lo mismo.

Por ejemplo, invertir en tecnologías verdes que invertir en investigación arqueológica. Los temas de captura de rentas y de aseguramiento de que los beneficios de la innovación devenguen en beneficios para el público deben ser tratados de forma seria (Ob. cit.)

El debate sobre la innovación en Perú

Debe seguirse dando. Sin embargo, hay que preguntarse si el marco conceptual de “costo beneficio” con el que se evalúan programas públicos es el apropiado para una actividad cuyos costos son múltiples, y cuyos beneficios son difusos y sólo se dan en el mediano plazo.

Entender la naturaleza del fenómeno de la innovación es necesario para poder fomentarla bien. En esto podría estar la clave del desarrollo del país.

En “Governments Should Make Markets, Not Just Fix” (M. Mazzucato,2015). Se puede regular el sector privado con el fin de dar cuenta de los costes externos compañías pueden imponer a la opinión pública, como la contaminación, y se puede invertir en bienes públicos, como la investigación científica básica y el desarrollo de fármacos con poco potencial de mercado.

Fuente: AZ, VOLUMEN 06 N.º 107, Instituto de Economía y Empresa