Los peces comerciales como el atún, la caballa y el bonito han visto reducida su población en un 74 por ciento, así como otras especies fundamentales para la seguridad alimentaria humana que están disminuyendo de “forma preocupante” en todo el mundo, con algunas de ellas en riesgo de colapso. El informe de WWF ‘Living Blue Planet’ refleja que mamíferos marinos, aves, reptiles y peces han visto reducidas sus poblaciones, como promedio, a la mitad a nivel mundial en las últimas cuatro décadas.

atunes nadan

 

 “Estamos capturando peces de tal manera que podríamos quedarnos sin acceso a una fuente de alimento vital para el hombre y un motor económico esencial. La sobre pesca, la destrucción de los hábitats marinos y el cambio climático tienen consecuencias nefastas para toda la población humana. Sin olvidar que son las comunidades más pobres que dependen del mar las que se verían afectadas de forma más rápida y más severa. El colapso de los ecosistemas oceánicos podría desencadenar en un declive económico serio”, manifiesta el director general de WWF Internacional, Marco Lambertini.    El informe muestra un descenso del 49 por ciento de las poblaciones marinas entre 1970 y 2012, tras analizar 5.829 poblaciones de 1.234 especies. Junto a ello, muestra caídas en los arrecifes de coral, manglares y praderas marinas, lo que podría llevar a su desaparición en todo el mundo para el año 2050, como resultado del cambio climático.    Por su parte, el director del Programa Marino Mediterráneo de WWF, Giuseppe Di Carlo, explica que el Mediterráneo está ahora “en gran parte sobreexplotado”, puesto que se capturan cada año alrededor de 1,5 millones de toneladas de peces. En este sentido, señala que el 95 por ciento de los ‘stocks’ analizados están “sobreexplotados” y el 89 por ciento “agotados”, y que la mayoría de las especies de tiburones están “prácticamente extintas”.    El estudio también incide en que el cambio climático está causando al océano cambios más rápidos que en cualquier otro momento en millones de años. Según WWF, el aumento de las temperaturas y de la acidificación, causada por el dióxido de carbono, agravan los impactos negativos de la sobre pesca y de otras amenazas como la degradación del hábitat y la contaminación.

 

“Publicamos este informe con urgencia para proporcionar la foto más actual del estado del océano”, apunta Lambertini. “En una sola generación, la actividad humana ha dañado gravemente el océano capturando peces más rápido de lo que pueden reproducirse, mientras se destruyen sus zonas de alimentación. Se necesitan cambios profundos para garantizar una vida marina abundante a las generaciones futuras”, añade. No obstante, el informe también detalla oportunidades para los gobiernos, las empresas y las comunidades con el fin de “asegurar” un océano vivo; entre las que destacan reconstruir el capital natural marino, consumir de forma responsable y dar prioridad a la sostenibilidad. La organización subraya que las decisiones que se adopten en la conferencia climática de Naciones Unidas en París “impactarán directamente” sobre el futuro de la salud de los océanos; e indica que los compromisos internacionales actuales están “muy lejos de lo necesario” para detener los niveles de calentamiento y la acidificación.

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