Competitividad, esencial para mejorar la productividad

Por Alfredo Palacios Dongo

El pasado 23 de mayo, el instituto suizo International Institute for Management Development (IMD) (en asociación local con Centrum Católica), presentó su Ranking Mundial de Competitividad 2018 analizando 63 países en 4 categoríasdesempeño económico, eficiencia del gobierno, eficiencia en los negocios e infraestructura, incluyendo 20 indicadores, para determinar el nivel de competitividad de los países midiendo la capacidad de sus economías para crear un entorno empresarial competitivo, incrementar su productividad y generar ingresos para mejorar la prosperidad, bienestar y calidad de vida de su población.

Nuestro país se ha ubicado en dicho ranking entre los últimos 10 puestos (54° entre 63 países) registrando los últimos lugares en importantes indicadores: economía doméstica (54°), comercio internacional (54°), marco social (60°), productividad y eficiencia (60°), prácticas gerenciales (54°), infraestructura básica (58°), infraestructura tecnológica (61°), infraestructura científica (61°) y educación (54°), pero lo más preocupante es que desde el 2008, que ocupamos el puesto 35°, venimos decayendo, además los últimos 4 años nos mantenemos entre los 10 países menos competitivos del mundo lo cual demuestra que la evolución de nuestra competitividad empeora y por ende nuestra productividad no avanza lo cual es fundamental para el desarrollo del país.

El asunto es que nuestra competitividad no mejora a pesar que desde el 2002 tenemos un Consejo Nacional de la Competitividad, cuya denominación fue modificada en agosto 2016 por Consejo Nacional de la Competitividad y Formalización, y es presidido por el ministro de Economía y conformado por el presidente del Consejo de Ministros, cinco ministros, representantes de los gobiernos regionales y locales, la Confiep, y un grupo consultivo especializado, cuyas funciones son diseñar y proponer reformas, medidas, estrategias y propuestas normativas para mejorar la competitividad del país, además, desde 2012 hemos tenido dos agendas de competitividad, la primera (2012-2014) con 60 metas, y la segunda, que concluye este año (2014-2018) con 65 metas, de las cuales poco o nada se ha avanzado. 

Bajo este panorama y considerando la importancia de mejorar nuestra competitividad, indispensable para aumentar la productividad la cual está estrechamente ligada al crecimiento económico y la reducción de la pobreza e informalidad, el gobierno debería implementar reformas y políticas públicas dirigidas a fortalecer la productividad empresarial, aumentar la eficiencia del aparato estatal, mejorar la prestación de servicios sociales y educativos, avanzar en ciencia, tecnología e innovación, y fortalecer la integración de nuestra economía con el resto del mundo.

 

Expreso, 02.06.2018