Aleksandr Dunáev
Roma, 6 may (Sputnik).- La trágica muerte de una trabajadora en una fábrica textil conmueve a Italia y atiza el debate sobre los accidentes laborales que cada año se llevan la vida de más mil italianos.
Sindicatos protestan por muerte de Luana, exigiendo mayor seguridad en las empresas. Alanews
Se llamaba Luana D'Orazio, tenía 22 años y era madre de un niño de 5 años. Este lunes por la mañana una máquina textil la desgarró de manera tan repentina, que sus compañeros de trabajo no tuvieron ni siquiera tiempo para intervenir.
El accidente conmovió a la pequeña ciudad de Montemurlo (región de Toscana), donde vivía Luana. "Es una tragedia que afecta a toda la comunidad y yo, así como toda la administración municipal, nos unimos al duelo de la familia", declaró el alcalde Simone Calamai.
Apenas dos días después los medios informaron de un nuevo drama, esta vez en Lombardía, donde Christian Martinelli, un obrero de 49 años, padre de dos hijos, fue aplastado por el torno mecánico en una empresa de extrusión de plásticos y murió unas horas después en el hospital.
DOS MUERTES AL DIA
La opinión pública del país lleva días discutiendo las dos tragedias, sobre todo, sobre la de Luana, pero lo que a primera vista parece algo inimaginable en una economía avanzada, como la italiana, es una triste realidad cotidiana. Según las estadísticas, cada día en Italia dos personas pierden la vida en accidentes laborales.
Entre el 1 de enero y el 31 de marzo de 2021 el Instituto Nacional de Seguros contra accidentes de trabajo (INAIL, por sus siglas en italiano) contabilizó 185 decesos en los puestos de trabajo, unos 19 más respecto al mismo periodo del año anterior.
El INAIL observa que los accidentes mortales se incrementaron en todos los sectores de la economía, pasando de 146 a 158 en la industria, de 11 a 16 en la agricultura y de 9 a 11 en la administración estatal. En cuanto a la edad, los que corren el mayor riesgo son los trabajadores entre 50 y 59 años (el 37 por ciento de todos los casos mortales).
Los datos relativos al año pasado también revelan una tendencia hacia el alza respecto a 2019: el balance de los fallecidos en el trabajo creció de 1.089 a 1.270. Esta dinámica se debe, en primer lugar, a los contagios con el coronavirus: según el INAIL, la enfermedad causó 551 decesos.
A su vez, los datos, recogidos por el Instituto Nacional de Estadística (Istat), muestran que en Italia los accidentes laborales constituyen una de las causas principales de muertes violentas. Los italianos tienen más probabilidad de perecer en siniestros automovilísticos, los cuales en se cobraron la vida de 1.788 personas, pero, con 271 homicidios reportados el año pasado, el riesgo de ser matado resulta cinco veces menor respecto al de morir en el trabajo.
MÁS RESPONSABILIDAD, MENOS MUERTES
"Morir por trabajo hoy no es solo inconcebible, es intolerable", denuncian las organizaciones sindicales de la provincia de Prato, donde murió Luana D'Orazio, y proclaman para este viernes cuatro horas de huelga. "Con la tecnología que en los últimos 50 años dio pasos gigantescos, debemos ser capaces de garantizar normas mínimas de seguridad", insisten.
Sin duda, pero ¿cómo hacerlo? Para los sindicatos la respuesta está en la prevención y la formación: hay que dedicar más recursos a la seguridad de los procesos productivos, explicar los protocolos a los empleados y reforzar los controles, lo que requerirá más instructores e inspectores.
Otro factor importante son los ritmos laborales, sobre todo ahora, cuando las empresas tratan de recuperar las pérdidas que sufrieron por las restricciones anticovid, las cuales aún no han sido levantadas del todo.
"No podemos permitir que la reanudación de los ritmos productivos en curso se haga a costa de la seguridad, sacrificando vidas humanas", advierte el secretario general de la Federación Italiana de Trabajadores Metalmecánicos (FIM), Roberto Benaglia.
Los sindicatos también instan las empresas a mantener un contacto estrecho con los empleados, a fin de conocer mejor los problemas que pueden surgir en los puestos de trabajo.
En resumen, la seguridad laboral es un asunto que involucra a todos los que participan en el proceso productivo, trabajadores y directores. Un enfoque responsable y una buena comunicación a todos los niveles son esenciales para que casos como los de Luana y Christian no vuelvan a repetirse. (Sputnik)