Alan Fairlie Reinoso
Nuevas estimaciones elaboradas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en el informe “Carga mundial, regional y nacional de cardiopatía isquémica y accidente cerebrovascular atribuible a la exposición a largas horas de trabajo en 194 países, 2000-2016: un análisis sistemático de las estimaciones conjuntas OMS / OIT de la carga de enfermedades y lesiones relacionadas con el trabajo”[1], publicado en Environment International hace unos días, demuestran el impacto de los factores de riesgo laboral en la salud de los trabajadores, frente a la elevada carga laboral que enfrentan diariamente.
Las dos enfermedades que habrían aumentado en estos últimos años, y que están asociadas a las elevadas horas de trabajo son: las cardiopatías isquémicas y accidentes cerebrovasculares. Según el informe, estas enfermedades en conjunto han provocado la muerte de 745.000 personas en el año 2016, de las cuales estiman que 398.000 fueron por ictus y 347.000 por cardiopatías atribuibles a trabajar por 55 o más horas a la semana. La comparación que realizan al año 2000, muestra un 29% de aumento en estas enfermedades; y en particular, un aumento del 42% en las muertes por cardiopatía debido a trabajar muchas horas y un 19% en el caso de ictus.
Según el informe, tendrían pruebas para sustentar que trabajar al menos 55 horas a la semana generaría riesgo de cardiopatía isquémica o de accidente cerebrovascular, a diferencia de quienes trabajan entre 35 y 40 horas, lo cual es óptimo para mantener la salud y la vida de los trabajadores. Asimismo, indican que estas enfermedades afectan más a los hombres (el 72% de los muertos son hombres entre 60 y 79 años).
Los datos que muestra el informe, es que a nivel mundial las personas que trabajan muchas horas van en aumento. Un 9% de toda la población, trabajó 55 horas o más en la semana, lo cual ha generado efectos mentales, físicos y sociales. Esto empeora por la pandemia, con la incertidumbre de la situación laboral, el aumento de empleos temporales, flexibles, autónomos y precarios que obliga a la mayoría a trabajar más.
Propuestas para hacer frente a este problema
El informe indica que, de manera conjunta, los gobiernos, los empresarios y los trabajadores deben implementar una serie de medidas con urgencia. Resaltan la necesidad de que los gobiernos ratifiquen e implementen las Normas Internacionales del Trabajo referidos al tiempo de trabajo y sus límites, los períodos de descanso, las vacaciones anuales pagadas, la protección de los trabajadores nocturnos, entre otros.
También señala que, para la elaboración de normas y políticas que garanticen los límites máximos de tiempo de trabajo, éstas sean realizadas en consulta con los interlocutores sociales, los representantes de los trabajadores y empleadores. Asimismo, que la organización del tiempo de trabajo por parte de los empresarios debe ser en colaboración con los trabajadores para evitar resultados negativos a su salud.
El informe de la OMS y la OIT, plantea políticas relevantes que deberían generar respuestas de los gobiernos y las autoridades de trabajo. Urge establecer medidas de prevención en salud y de cumplimiento de las normas laborales, fortaleciendo la inspección laboral y estableciendo canales de diálogo social para un adecuado control y protección a los trabajadores.
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