El director del Payne Institute for Public Policy del Colorado School of Mines, Morgan Bazilian afirmó que si bien la implementación de políticas que se centren en la fabricación más avanzada de metales traerá más beneficios para la economía, esto requiere una priorización especial e inicialmente un presupuesto público muy significativo.
Durante su participación en la Semana de la Ingeniería por el quincuagésimo noveno aniversario del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), sostuvo que dotar de mayor valor agregado a los metales implica la generación de nuevos empleos, mayor propiedad intelectual, investigación y desarrollo, y más divisas desde el punto de vista macroeconómico.
“En la mayoría de países pensar en una política industrial de este tipo es algo difícil, pero es mejor que solo embarcar concentrados, sin embargo, requiere una priorización especial e inicialmente un presupuesto público muy importante”, comentó.
De otro lado, manifestó que la necesidad de energías limpias en el mundo impulsará la demanda de metales en forma exponencial, por lo que es fundamental resolver los problemas de la industria minera en cuanto a conflictividad social en los territorios donde opera.
Al respecto, el presidente de Compañía de Minas Buenaventura, Roque Benavides destacó la trascendencia que tendrá el cobre en el cambio de matriz energética global y la posición expectante que tiene el Perú como uno de los principales productores del metal rojo en el mundo junto a Chile.
“El cobre es el metal de futuro y el Perú está llamado a ser uno de los países con mayor producción por el gran potencial que posee”, señaló, según detalla Minería.
Por su parte, la consultora de Economía Minera, Marita Chappuis precisó que para el 2030 la energía eólica va a necesitar un 10% más de cobre, la solar 300% adicional y las redes eléctricas 220% más. “Entonces esto es una gran oportunidad para el Perú y tenemos que subirnos a ese tren del desarrollo”.
En la sesión solemne por los 59 años del CIP, el Decano Nacional, Carlos Herrera expresó que en la medida que los profesionales cuentan con más conocimientos, tienen una mayor responsabilidad en la sociedad y no deben ser solo espectadores sino actores en la actual situación por la que atraviesa el país.