Jorge Manco Zaconetti
 
Un nuevo gobierno debe recuperar la decisión sobre el qué hacer sobre nuestros recursos naturales para superar el modelo extractivista que explota los recursos mineros, gasíferos, pesqueros etc. al margen del interés público, con una débil propensión tributaria, sin generar mayor agregado con la industria, bajo el argumento que debemos aprovechar las ventajas comparativas que tiene nuestro país.
 
 

planta Braskem 1

 

 
Es más, se argumenta que generar industrias es reproducir modelos del pasado, que se debe apostar por un mayor aprovechamiento del cobre que hoy alcanza precios superiores a los US $ 4.50 la libra, del hierro que supera los US $ 200 dólares la tonelada gracias al crecimiento sobre todo de la economía china y la recuperación de la economía mundial.
 
Un caso particular lo constituye la industria del acero nacional y la producción de hierro sobre el retroceso industrial que experimenta el país en las últimas décadas de políticas liberales gracias a la privatización de las empresas públicas sin una visión de desarrollo alternativa.
 
En 1992 se privatizó la unidad minera de Hierro Perú Marcona y desde esa fecha la empresa estatal china Shougang Hierro Perú explota los recursos ferrosos con una masiva exportación de hierro hacia su matriz Shougang Corporation de la China Popular, donde el 98 % de la producción cercana a los 14 millones de toneladas anuales se deriva al gigante asiático.
 
Por ello, el mercado interno de hierro, insumo fundamental para la elaboración de acero, queda prácticamente desabastecido, y las dos empresas locales de acero SiderPerú del grupo brasileño Gerdau que opera en Chimbote, y Aceros Arequipa (Pisco) de capitales peruanos, tienen que importar productos intermedios, chatarra, bobinas, gargantillas que son procesados en los hornos eléctricos de dichas empresas.
 
La consecuencia más grave de esta situación es que desde el 2010 SiderPerú (Gerdau) mantiene cerrado el Alto Horno que constituye el corazón de la industria siderúrgica. El argumento básico es que no puede abastecerse del hierro de Shougang Hierro Perú pues los precios a los cuales es ofrecido el mineral no resultaba competitivo.
 
ESTADO SIN POLÍTICA
 
Dos gigantes de la industria del acero a nivel mundial no llegan a ningún acuerdo. Corolario la industria del acero nacional languidece, en Chimbote se cierran las unidades de productos planos, de bobinas, planchas y se despiden trabajadores, y Síder Perú se convierte en una importante importadora y distribuidora.
 
Se argumenta que por prácticas comerciales que las ventas al mercado interno sean de hierro, oro, cobre, plata no resulta conveniente para las empresas mineras pues no pueden recuperar el impuesto general a las ventas (IGV) que se constituye en el 18 % del precio final.
 
Es decir, Shougang estaría dispuesto a vender el hierro para su procesamiento interno al precio internacional más un plus, simulando una importación del mineral ferroso. Algo inaceptable para la transnacional Gerdau que prefiere “importar” productos intermedios de sus propias unidades del Brasil.
 
La consecuencia de este retroceso industrial es que SiderPerú- Gerdau solamente procesa productos largos, más conocido como fierro de construcción, dejando de lado los productos planos que están ligados a la industria metalmecánica, automotriz, naviera, en la elaboración de calaminas que hay que traerlas de afuera. Lo triste es que ni las bolas de molienda que utilizan las plantas concentradoras de las empresas mineras se fabrican ya en el país.
 
Por todo ello las dos acerías locales siguen produciendo 1.2 millones de acero en promedio en las dos últimas décadas, y el mercado interno de consumo aparente es de 4 millones por tanto la diferencia se salda con importaciones de Brasil, México y hasta de la propia China Popular.
 
Lo triste y paradójico es que teniendo recursos como el hierro no se pueda procesar una tonelada del hierro extraído localmente pues casi la totalidad se “exporta” a la China Popular en un caso evidente de “precios de transferencia” donde la filial vende su producción a su matriz a precios de mercado.
 
Es más, a la empresa Shougang Hierro Perú hay de devolverle el IGV (18%) por los bienes y servicios utilizados en la producción por más que la exportación entre comillas sea hacia su matriz. Esto no deja ser un subsidio que el fisco peruano tiene que hacer al conjunto de las empresas exportadoras sobre todo mineras.
 
SIN VISIÓN
 
Un caso igual de paradójico y hasta absurdo es la producción de los fosfatos de Bayóvar en Piura que en promedio alcanzan los 10 millones de toneladas anuales que se exportan como concentrados aprovechando solamente el 30 % de su valor, con precios castigados.
 
En Piura existen importantes reservas de gas natural que se reinyecta, ventea o se quema. Es más, a partir del 2022 la nueva Refinería de Talara de PetroPerú producirá amoníaco y ácido sulfúrico en sus instalaciones gracias a sus nuevas unidades.
 
Si hubiese un proyecto nacional de desarrollo, con un gobierno con visión de futuro se podría enriquecer los fosfatos para ser utilizados en la agricultura utilizando el gas natural, el amoníaco y ácido sulfúrico. Con ello dejaríamos de importar en el mercado externo los fertilizantes fosfatados que tanto demanda la agricultura de exportación.
 
No debe haber discusión que la minería es el sector más importante de la economía peruana por una serie de razones que hemos expuesto en artículos anteriores. Sin embargo, no contribuye con los ingresos fiscales como debiera ser y se exportan como concentrados básicamente.
 
En los últimos años como promedio, desde el país se exportan anualmente más seis millones de onzas de oro y más de 120 millones de onzas de plata como concentrados.
 
En época de crisis es cuando debemos apostar por un mayor valor agregado de los productos mineros cuya producción goza de una serie de privilegios tributarios. ¿Qué gana el país, exportando onzas de oro y plata en barras? El impacto sobre la economía y sobre el empleo sería mayor si parte de este oro y plata se exportará como joyería, artesanía, como lo hace Italia un líder mundial que no produce un gramo de oro.
 
 
Diario Uno, 26.06.2021