Alan Fairlie Reinoso
Un estudio reciente de la UNCTAD (2021)[1], reporta la evolución de las inversiones en el año 2020. Respecto a ello, se resalta, en principio, que los flujos mundiales de inversión extranjera directa han sido afectados negativamente a causa de los bloqueos que han surgido a partir de la pandemia de COVID-19 y que han ralentizado los proyectos de inversiones existentes y ha generado la reevaluación de las empresas multinacionales sobre inversiones futuras. Esta caída ha tenido un valor de un $ 1 billón de dólares, lo cual representa una caída de un 35% respecto al año anterior. Asimismo, se puede observar en el Gráfico 1 que los países en desarrollo concentran el 58% de este efecto negativo, en parte debido a la reestructuración empresarial y los flujos financieros intra-empresariales.
Gráfico 1- Evolución de los flujos de IED a nivel mundial y por grupo de economías 2007-2020
Por otro lado, entre las potenciales consecuencias están las repercusiones sobre el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS). La inversión totalmente nueva relevante para los ODS en las regiones en desarrollo es un 33% menor que antes de la pandemia, y la financiación de proyectos internacionales se ha reducido en un 42%. Específicamente, si se realiza un análisis por sectores, los cambios más significativos a nivel de IED entre el año 2020 y 2019 se encontrarán en aquellos ODS que incluye al sector de agua y saneamiento, con una caída de la inversión de 57%, seguido de la infraestructura en 54% y la salud en 54% (Figura 1).
Figura 1. Impacto del COVID-19 en la inversión privada internacional en los ODS, 2019-2020
Por otro lado, respecto a las tendencias regionales, se encuentra que IED de África declinó en 16% en el 2020, a 40 billones de dólares, un nivel que no había sido visto desde hace 15 años. Adicionalmente, se menciona que pandemia está teniendo un efecto negativo persistente tanto en la inversión transfronteriza a nivel mundial y regional. Por el contrario, en el caso de Asia, se ha presenciado la entrada de IED a los países en desarrollo que fueron más resistentes a la pandemia e incrementaron en un 4% hasta 535.000 millones de dólares en 2020 (tomando en cuenta el importante rol que tiene China y Hong Kong en Asia).
En el caso de América Latina y el Caribe, los flujos hacia esta región se redujeron en 45%, lo que equivale a un monto de 88.000 millones de dólares. Ello se debe a que muchas de las economías de la región dependen de la inversión en recursos naturales y turismo, los cuales fueron afectados significativamente por la pandemia. Asimismo, en este caso se registra los retrocesos más importantes a nivel de ODS como en el gasto en energía, telecomunicaciones y transportes e infraestructura, como se resalta en el documento.
Para el caso de las economías transición, la reducción de los flujos de IED hacia estas regiones no fue considerable. Similar al caso de América Latina y El Caribe, la situación de los países desarrollados también se dio una reducción en un 58%, que para el primer caso representó 24.000 millones de dólares y en el segundo caso en 312.000 millones de dólares. Entre los componentes del IED que se redujeron para el caso de los países desarrollados fueron nuevas inversiones de capital, como se refleja en la disminución de las fusiones y adquisiciones transfronterizas. Por otro lado, para el caso de las economías en transición, se dio sobre las inversiones relacionadas a industrias extractivas.
Respecto a los Acuerdos Internacionales de Inversión (IIA por sus siglas en inglés), como se observa en el Gráfico 2, estos venían registrando una caída de la firma de estos acuerdos desde el 2010. En este sentido, en el 2020 solo se firmaron 21 de estos acuerdos: Estos nuevos tratados incluían 6 acuerdos bilaterales tratados de inversión (TBI) y 15 tratados con disposiciones de inversión (TIP). La economía más activa fue el Reino Unido, con la celebración de 12 acuerdos para Mantener relaciones comerciales y de inversión con terceros países después del Brexit.
Gráfico 2. Número de nuevos Acuerdos de Inversiones Internacionales 1980-2020
Finalmente, en el documento se plantea la necesidad de promover políticas que permitan la recuperación sustentable y resiliente de la inversión. Se destaca el rol de las cadenas de suministro para esta labor, así como también priorizar la alineación de inversión que favorezcan a la recuperación de los ODS, lo cual un papel activo de los gobiernos para su fomento. Es indispensable también que se favorezca la cooperación entre países tanto dentro como fuera de las regiones, para crear espacios de dialogo que permitan mejorar esta situación en el 2021 y más adelante.
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[1] Disponible en: https://unctad.org/webflyer/world-investment-report-2021