► Chile, con conexiones ferrocarrileras, aspira a atraer carga de Bolivia, Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil

► Sin conexión ferroviaria, Chancay prácticamente no recibiría carga de Brasil

► Chile desea tener ingerencia en el puerto de Chancay, como si fuera dueño

Al mismo tiempo que se conocían más noticias sobre los avances en la construcción del puerto de Chancay, hoy cercano a su inauguración, se analizaban las ventajas que esa obra va a traer al Perú y cómo convierte al nuestro país en un punto nodal para la exportación a países de Asia y la importación proveniente de allá.

 

puerto Chancay 3 avance set 2023

Los beneficios del puerto de Chancay se explican por la posición equidistante que ocupa en la costa de América del sur, de manera que Colombia, Ecuador y Chile son los usuarios naturales del puerto, considerando que económicamente no les convendría mover sus exportaciones e importaciones marítimas usando puertos de México o EE.UU.

Opinión de Chile

Según se ve en videos y noticias publicadas en internet, políticos y empresarios chilenos han expresado preocupación por cómo están cambiando las cosas, por ejemplo que ellos tendrían que embarcar sus exportaciones en Chancay y allí mismo recoger sus importaciones.

Los chilenos han estado acostumbrados al predominio de su marina mercante en la costa del Pacífico sur. Así, si analizamos el robo territorial que Chile perpetró contra Bolivia y Perú se originó en su deseo de dominar militar y comercialmente toda la costa de América del Sur. El dominio previsto y logrado por Chile se ha dado en dirección norte-sur, de los puertos de Chile a los de la costa oeste de los EE.UU. Y sucede que ahora en el océano Pacífico, con el surgimiento de la potencia comercial e industrial de Asia (principalmente China, Japón y Corea), una corriente o movimiento comercial muy significativo ocurre en la dirección este-oeste (no norte-sur), algo que Chile no puede remediar con otro robo territorial.

Los deseos y los objetivos

La decepción que siente el enemigo chileno sobre el puerto de Chancay lo ha llevado a expresar, en boca de sus políticos y empresarios, que se descuidaron, que faltó previsión, que van a perder su predominio pero que aún se podría hacer algo (buscar inversionistas) para construir o ampliar un puerto que pueda competir con el del Perú. Sostienen que su posible puerto, ferrocarriles mediante, atraería carga del sur de Brasil, de Paraguay, de Uruguay, de Argentina y de Bolivia, países a los que —según la percepción de Chile— más convendría utilizar un puerto chileno, lo cual tendría cierta validez, pese a que durante los seis o siete años que demoraría la construcción, Chancay se consolidaría y sus usuarios apreciarían sus bondades, y pese a que la mayor distancia de esta ruta a partir de un puerto chileno significa mayores costos y más tiempo de viaje.

Por otro lado, está claro que si los estudios que hacen en Chile confirman las previsiones de poder atraer la carga de dichos países, los chilenos, teniendo ese puerto, ya no necesitarían para nada el puerto peruano, con lo que Chancay quedaría sirviendo solo a Ecuador y Colombia (no a Chile ni Brasil, en este último caso por falta de ferrocarril).

Respecto de los ferrocarriles, debe reconocerse que desde hace por lo menos 50 años los gobernantes peruanos de cualquier tinte político demuestran alergia a todo lo que sea rieles, háblese de ferrovías locales o de conexión con otros países (por ej., Bolivia). Por esta razón, los gobiernos recientes, al mismo tiempo que manifestaban su satisfacción por la construcción en Chancay, no movieron un dedo ni abrieron la boca para promover interés en inversiones conducentes a la construcción de un ferrocarril1 que nos conecte con Brasil, pese a que un veto chileno —servil y cobardementemente acatado por los militares y gobernantes peruanos— solo se refiere a la conexión binacional con Bolivia2. Esta delincuencial, traidora y sospechosa conducta de los gobernantes peruanos ha dado espacio y vida a la esperanza de los chilenos (que no desprecian a los ferrocarriles) de poder construir un puerto.

 

puerto Chancay 5

 

No solo eso

Estando en la fase de difusión y análisis la idea de construir su puerto, los chilenos van más allá: quieren participar de alguna manera en los beneficios del puerto de Chancay, no sólo como usuarios. Y no se trata de lo que digan ciudadanos chilenos de a pie, sino autoridades. Así, Alejandra Arriaza Loeb, Directora Nacional de Aduanas de Chile, el 16 del presente mes, en entrevista con el diario limeño La República, preguntada si veía como un riesgo el puerto peruano, dijo: “Yo no quisiera calificarlo de un riesgo porque es algo que se está inaugurando. Sabemos que todo tipo de desarrollo para Latinoamérica siempre es bueno. Esto nos abre oportunidades de trabajos conjuntos (con el Perú)…” Al decir “trabajos conjuntos” sugiere que a efectos de lo que se haga en Chancay, los chilenos se consideran en igualdad de condiciones que el dueño de casa peruano (como un ladrón desconocido no invitado a una fiesta que se mete en un descuido y empieza a animar el ambiente y recibir a otros). En las palabras citadas hay mucho más de lo que se dice. Desde hace meses, Chile está trabajando fuerte para influir y ganar opiniones favorables entre los gremios empresariales peruanos, los medios de comunicación, los militares3 y los políticos, con la finalidad de que en su momento acojan favorablemente formas de asociación con los peruanos que les permitan influir y tener ventajas, meterse como sea en la cadena de funcionamiento del proyecto.

Ignorancia geopolítica

Parte del problema de no saber o no querer enfrentar estas situaciones es que desde hace décadas se ha dejado de lado el estudio de la geopolítica4, disciplina que permite conocer cuál es nuestra situación y cuáles nuestros intereses frente a los de los países vecinos y otros, y cuáles son los intereses de ellos en relación con el Perú. Esta carencia de conocimiento —que responde a los intereses de Chile de apagar cualquier voz u opinión peruana que se oponga a sus propósitos— es notoria entre políticos, empresarios, diplomáticos5, militares y comunicadores peruanos, y crea una atmósfera en que por temor a ofender o causar enfado a Chile vencedor de la guerra, se ha dejado de lado y ninguneado el conocimiento geopolítico, lo cual explica que en forma permanente el Perú, alejado de las verdades históricas y prácticas haya caído en el juego de otros, trabaje para los intereses de otros y pierda oportunidades y mucho dinero. En Chile, por el contrario, todas las iniciativas y tratos respecto de otros países sí se realizan tomando en cuenta el análisis geopolítico, la conservación de ventajas obtenidas y la colonización geopolítica del Perú, ante lo cual los peruanos están en ceguera total, resultado de la corrupción de gobernantes y militares antipatriotas y corruptos que se sienten felices en condición de sirvientes del enemigo chileno..

 

proy megapuerto Chancay

 

Un ejemplo positivo de cómo un país defiende sus intereses es Turquía, cuya posición geográfica le da el control del acceso entre el mar Negro y el mar Mediterráneo, capacidad que no comparte con ningún país, mientras que por jugosas coimas los gobernantes peruanos hacen partícipe a Chile de nuestra posición geoestratégica, por ejemplo cayendo en la trampa urdida por Chile con la Alianza del Pacífico, que es inútil y duplicadora de contactos y esfuerzos6 pero que sirve muy bien a la proyección chilena en el Pacífico.

Y ahora por lo del puerto de Chancay se ve que el enemigo chileno quiere colarse de cualquier manera, con la aquiescencia de bien aceitadas voluntades de corruptos y rateros.

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1 Es más que seguro que los inversionistas chinos—para quienes no hay inversión o proyecto que sea demasiado grande— propusieron al Perú el paquete completo, esto es, puerto con ferrocarril al Brasil, pero la parte peruana, respondiendo a su tradición antiferrocarril o dificultando el camino en espera de una coima, rechazó la oferta; si no, ya se estaría construyendo o ya estuviera construida la ferrovía Brasil-Perú.

2 Que nos conectaría con Argentina, Brasil y Paraguay.

3 Lamentablemente, algunos militares peruanos se han convertido en baluartes de la defensa de los intereses de Chile. Por ejemplo, contó con el visto bueno del Comando Conjunto de la Fuerza Armada (¡del Perú!) el decreto supremo N.o 001-2017-RE de 23-01-2017 que se promulgó para permitir que Chile adquiera terrenos en la franja de 50 km en que el artículo 71 de la Constitución prohíbe que los extranjeros tengan propiedades en esa zona de nuestro territorio. Afortunadamente, la oposición de la población y autoridades impidió que Chile se instale directamente en Tacna y nos haga la misma jugada que a Bolivia en Antofagasta.

4 La definición que traducimos del diccionario Cambridge en línea dice: “Estudio de la manera en que el tamaño de un país, su posición, etc., influyen en su poderío y relaciones con otros países”.

5 Con motivo de la disputa por aguas trerritoriales que se ventiló en La Haya y cuyo resultado nos fue adverso, la diplomacia peruana, acatando el deseo de Chile enemigo, se negó a argumentar que el tratado de paz con el invasor del sur fue impuesto al Perú por la fuerza de las armas, lo que descontextualizó nuestro pedido, que debía incluir la denuncia histórica de Chile. A diferencia de esto, la diplomacia nicaragüense, gracias a que expuso que el muy lesivo tratado Esguerra-Bárcenas de delimitación marítima con Colombia fue impuesto en 1928 por la ocupación militar de EE.UU., logró en 2012, en fallo de La Haya, recuperar y ampliar extensas áreas de pesca.

6 El Perú tiene varios tratados comerciales con Ecuador, Colombia y México y no necesita de algo más, pero Chile, por su posición alejada del centro, sí necesita asegurarse de las ventajas que obtiene utilizando la posición geoestratégica del Perú (razón por la cual nos invadió y robó territorios).

 

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