Si liquidan a Petroperú como quiere la DBA

Jorge Manco Zaconetti

El mercado de combustibles en nuestro país promedia un consumo de 260 mil barriles diarios, en los cuales incluyo el gas natural que se utiliza como gas licuefectado y vuelto a regasificar, trasladado en camiones cisternas para el norte y sur del país, y utilizado como Gas Natural Vehicular. Es más, del parque automotor de más de 5 millones de unidades, casi 500 mil vehículos se abastecen del gas barato del lote 88, de allí la urgencia de masificar la cultura del gas natural.

 

oil vehichle

Se debe recordar siempre que desde 1996 PetroPerú hasta el 2021 no ha tenido ninguna responsabilidad en la producción de crudo, que ha disminuido gracias a la privatización desde los 125 mil barriles diarios a un poco menos de 40 mil barriles y ello es una responsabilidad básicamente de las empresas privadas, que gracias a la privatización han explotado las reservas probadas, probables y posibles que dejó PetroPerú.

Resulta evidente que para cubrir el mercado interno se tiene que importar, comprar en el exterior petróleo y derivados como el diésel y gasolinas limpias. Desde el 2020 con el cierre de la Refinería de Talara para dar lugar a la construcción de la Nueva Refinería de PetroPerú, la petrolera estatal ha tenido que importar productos refinados sobre todo en el 2022 a precios elevados para abastecer el mercado interno, en especial en las regiones de la selva donde no llega la competencia privada.

Sin embargo, desde diciembre del 2021 cuando se entregó a PetroPerú el pequeño pero rentable lote I de Talara con un contrato por 23 meses, que fueron posteriormente renovados por dos años más la Derecha Bruta y Achorada (DBA) protestó en todos los idiomas. Igualmente en el 2023 fueron transferidos los lotes VI y Z-69 antes Z-2B por un período mínimo de dos años, en razón de la terminación de los contratos firmados en los primeros años de la década infame de los noventa por el fujimorismo.

Es más, si no despiden al ministro de energía y minas Ing. Oscar Vera como se vocea en los medios empresariales, se espera que antes de mayo sea transferido el Lote X de Talara, el más importante de Talara con 50 millones de barriles de reservas probadas, que a un precio conservador de US$70 el barril, determina una riqueza de US$3,500 millones de dólares, que resultan casi equivalentes a la deuda externa que tiene la petrolera estatal con sus acreedores que adquirieron bonos, que sirvieron para financiar la construcción de la Nueva Refinería de Talara.

La campaña infame de la prensa concentrada, de los intereses privados expresados en la Sociedad Peruana de Hidrocarburos y la Sociedad de Minería y Petróleo, contra la participación de PetroPerú en la producción de petróleo y gas es tan masiva que se ha convertido en un arma de doble filo. Estamos ante negocio rentable así produzcas 500 barriles diarios y 2 millones de pies cúbicos de gas natural como el lote I, que antes perteneció a Graña y Montero el más importante accionista de El Comercio, y que ahora se denomina UNNA por el roche de la corrupción de Odebrecht En este importante mercado de combustibles PetroPerú, juega un importante papel abasteciendo las regiones más rezagadas del país, donde no llega la competencia, de Repsol-La Pampilla, Valero ni Exxon Mobil ni los grandes distribuidores mayoristas, pues no resulta rentable.

En el supuesto caso que PetroPerú fuera privatizada o como lo proponen los extremistas del libre mercado de la DBA, muchos de ellos “espadachines a sueldo”, liquidada como empresa, se debería tener en consideración la participación de la petrolera estatal en el mercado de combustibles, que si como promedio nacional explica el 27 %, en determinadas regiones tiene una mayoritaria presencia.

DE LA SELVA SU DIÉSEL
Sea el caso del departamento de Amazonas donde el 93% del abastecimiento de combustibles depende de PetroPerú. Al igual que los departamentos de Loreto (98%), Ucayali (91%) y Madre de Dios (95%), San Martín (43%) que dependen altamente del abastecimiento de la petrolera estatal, pues no constituye un negocio atractivo para las grandes empresa privadas, e importadores de combustibles, llegar a las regiones amazónicas donde los combustibles están exonerados de impuestos como el IGV y el selectivo al consumo.

En cambio, PetroPerú para importar los combustibles como el diésel 2 y gasolinas tiene que asumir el abono del IGV y el selectivo al consumo de combustibles, que el ministerio de economía y finanzas devuelve como crédito fiscal a destiempo, con demora de meses incluso años, por tratarse de una empresa del Estado. Como el dinero tiene un costo en el tiempo a ninguna de las grandes empresas importadoras o la misma Repsol La Pampilla, le resulta atractivo abastecer el mercado amazónico.

Hay regiones como el Cusco donde la presencia de PetroPerú en la distribución mayorista de combustibles es significativa con un promedio de 39 %, donde la participación del diésel 2 limpio representa un 52 %. Lo mismo se reproduce en la empobrecida región de Huancavelica donde la presencia de la petrolera estatal explica una participación de mercado del 33 %, al igual que la región
minera de Pasco donde tiene una presencia de 44 %, como también sucede con la región Lambayeque con un 41% Es más, en la región petrolera por excelencia como Piura (83 %) y Tumbes (97%) la distribución mayorista de combustibles de PetroPerú es altísima, a pesar que la empresa no tiene grifos propios a nivel país.

En verdad, el gobierno de la Sra. Dina Boluarte y Alberto Otárola no puede dejar caer a PetroPerú, ni dejar de apoyar financieramente en estas difíciles condiciones que tienen varias justificaciones, siendo la central la demora de tres años en la construcción de las inversiones en las unidades auxiliares y complementarias, sin las cuales no podía arrancar a operar la Nueva Refinería de Talara, que tiene una rentabilidad certificada por consultoras internacionales.

Hemos afirmado en anteriores artículos que entre el 2004 al 2023 el Fondo de Estabilización de los Precios de los Combustibles ha significado un subsidio de US$4,500 millones de dólares a las empresas refineras e importadoras de combustibles. De la misma forma en el 2020 en un mecanismo de ingeniería financiera que comprometió al Banco Central de Reserva del Perú, Ministerio de Economía y Finanzas, con la banca privada se transfirieron como préstamos S/ 60 mil millones de soles aproximadamente US$17 mil millones, en un rescate financiero para que las empresas privadas no rompan la cadena de pago producto de la pandemia y la crisis del corona virus. ¿Por qué no hacerlo con PetroPerú?

La importancia que tiene PetroPerú en el mercado de combustibles sobre todo en las regiones empobrecidas, sin tener grifos propios, demuestra el rol estratégico y subsidiario que tiene la petrolera estatal, que con lotes propios y una refinería moderna como la de Talara, generará importantes utilidades para el Estado peruano.

Lo contrario, su liquidación o privatización como desea la derecha bruta y achorada (DBA), sería la peor opción.

 

Diario Uno, 03.02.2024

 

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