—Actual ilusión y estafa minera ya causa más de cien años de atraso al país
—Entre 17% y 64% del territorio de los departamentos está entregado a la destrucción minera
Por Francisco Durand
El indio le pregunta: ¿Qué come? El español contesta: este oro comemos.
Guamán Poma de Ayala, Nueva crónica y buen gobierno,1615.
En la colonia, el Perú se convirtió en un territorio minero; en la Independencia, en un país minero. Hasta hoy. Por eso siguen repitiendo que “somos un país minero”, que lo seguiremos siendo. Personas importantes, de peso, generalmente acaudaladas, nos informan que nuestro futuro está ligado a la exportación de una extraordinaria canasta de metales, eso sin contar el petróleo y el gas. Los descendientes de españoles, los herederos del poder, sus muchos voceros (presidentes, empresarios mineros, ministros de economía, consultores, marketeros, expertos internacionales, periodistas especializados, publicistas, lobistas, brokers de bolsa) afirman convencidos que el Perú minero está prosperando. Sostienen que las industrias extractivas, principalmente la minería, la joya del modelo económico, son la base del progreso y algo así como un seguro de vida. Las arcas del Banco Central de Reserva del Perú están llenas y, por tanto, “estamos blindados”. El Perú es un país bendecido por la naturaleza, conducido por gente brillante.