Documento N.o 111*
Periódico norteamericano dice que Iglesias solicita adelanto de dinero a Chile por la venta de Tacna y Arica
Comenta sucesos de Arequipa y "la guerra de las razas" que se libra en el interior del Perú
De una correspondencia del Herald de Nueva York, que trata de los últimos sucesos de Arequipa y del gobierno del general Iglesias, tomamos los siguientes acápites:
La obra de Iglesias.- Este cambio de base por parte de Arequipa ha resultado ser muy favorable a los intereses del gobierno de Iglesias en Lima. Puede aventurarse la opinión que si Arequipa hubiese mandado una firme manifestación de resistencia a los chilenos, el porvenir del gobierno de Lima no habría sido tan tranquilo como lo es ya; pero allí no hay ningún entusiasmo, ni moneda, y se concibe que no puede ser satisfactoria la condición de las personas pobres en tales circunstancias. Los derechos de importación y exportación son tan onerosos, como los que estaban fijados bajo el "régimen" chileno, así es que la total suma que el gobierno ha recibido por derechos de aduana del Callao, que es la más importante de la república, desde que los chilenos la soltaron el 23 de octubre último, no llega a 75 mil soles plata; y debe recordarse que el Perú tiene mensualmente que proporcionar 300 mil soles plata para los gastos y mantención de las tropas chilenas estacionadas al norte de Mollendo.
Y ahora vamos a referir un hecho que difícilmente será creído en Nueva York y que con dificultad se admitió aquí, hasta que nos persuadimos de su verdad.
Préstamo pedido al conquistador.- Según los testimonios del protocolo, Chile ocupará Arica y Tacna por diez años, al fin de los cuales la nacionalidad se determinará por un voto popular y la nación que los adquiera deberá pagar a la otra 10 millones de soles. Ahora bien, antes de secarse la tinta del protocolo, y cuando el pabellón peruano parecía extranjero en su lugar, a saber en el palacio de gobierno, y figuradamente hablando, las fuerzas de los chilenos podían verse desde la capital, el general Iglesias y su ministro de hacienda se hallaban tan apurados de dinero, que enviaron un agente especial a Chile, para pedir un adelanto de 2 millones de pesos, por la supuesta compra de esas supuestas provincias chilenas.
Pero esto era más que anunciar al mundo que el Perú tiene ya formada la intención de vender su territorio o que los mira como virtualmente perdido o que es axioma de los hombres que están en el poder el de: "Después de nosotros, el diluvio". Además, el tratado no está ratificado. El congreso no podrá reunirse hasta marzo próximo, y con todo, esa humillante petición fue hecha.
Un alzamiento de indios.- El interior permanece todavía mal porque no bien dejaron las fuerzas chilenas y peruanas Huancayo y Jauja, cuando el elemento aborigen oprimido y maltratado por muchos años, se levantó, declarando instintivamente guerra a todos los blancos que residen en esos populosos lugares. Se han destruido las haciendas, sacrificando vidas, robado los ganados, incendiado las casas, y cometido los mil y un excesos que se perpetran en una guerra de razas.
Cerca de una de las ciudades del norte, se han cometido los más irritantes crímenes. A la salida de la ciudad más de cincuenta astas se clavaron y en cada una de ellas se ofrecía al aterrorizado espectador la cabeza de algún hombre o mujer blancos, asesinados por hombres salvajes.
En los lugares en que las mujeres no eran asesinadas, quedaban sujetas a terribles ultrajes y se las obligaba a usar el vestido de sus raptores, que en el interior del Perú se mira casi como un traje de servidumbre.
Este peligroso levantamiento está limitado en un distrito a 100 o más millas cuadradas.
El gobierno se ha propuesto enviar algunos pocos soldados para contener el desorden, pero terribles daños se harán y se han hecho.
Las pasiones están excitadas de tal modo, que sólo se calmarían en el lapso de algunos años.
PL. viernes 4 de enero de 1884.
*Campaña de La Breña. Colección de Documentos Inéditos: 1881-1884,
Luis Guzmán Palomino, Lima 1990