El Papa Francisco ha habado de los dos metropolitanos de Alepo (Siria): el obispo greco-ortodoxo de Antioquía, Paul Yazigi y el obispo de la Iglesia siro-ortodoxa Mar Gregorios Ibrahim, secuestrados por un grupo armado que asesinó a su chófer mientras llevaban a cabo una misión humanitaria en esa localidad.
“El secuestro de los metropolitanos greco ortodoxo y siro ortodoxo de Alepo, sobre cuya liberación llegan noticias contrastantes, ha dicho, es un signo ulterior de la trágica situación que atraviesa la amada nación siria donde la violencia y las armas siguen sembrando muerte y sufrimiento. Mientras recuerdo en mis oraciones a ambos obispos para que regresen pronto a sus comunidades, pido a Dios que ilumine los corazones y renuevo mi apremiante invitación del día de Pascua para que cese el derramamiento de sangre, se preste la necesaria asistencia humanitaria a la población y se encuentre, cuanto antes, una solución política a la crisis”.
También ayer, 23 de abril, la Oficina de Prensa de la Santa Sede emitió un comunicado en que decía que el Papa, informado del secuestro, seguía con una profunda participación los acontecimientos y rezaba para que “el pueblo sirio pueda finalmente ver respuestas eficaces al drama humanitario y para que despunten en el horizonte esperanzas reales de paz y reconciliación”.