El cabecilla de una secta que es acusada por la policía chilena de quemar vivo a un bebé por creer que era el Anticristo se habría ocultado en el Perú, a donde viajó en febrero último.
La secta incineró vivo al bebé, que era hijo de dos miembros de la agrupación, en la zona rural de Colliguay, una pequeña localidad de la región de Valparaíso, a unos 100 kilómetros de Santiago, el pasado noviembre.
En un rito de “sanación:, el líder, que sería padre del menor, pidió a la madre que le entregara al niño, lo llevó hasta una pira y lo lanzó sobre las llamas que habían prendido sus discípulos, informan varios medios chilenos.
Tras el crimen, los miembros de la secta esperaron el fin del mundo en esa zona hasta el 21 de diciembre y después se retiraron.
Las autoridades mantienen en detención a la madre del bebé, otras dos mujeres y un hombre. Tres personas, dos mujeres y un hombre, continúan en condición de no habidas.
El cabecilla de la secta, Ramón Gustavo C.G., tiene unos 35 años, se hace llamar "Antares de la luz" y dice ser una divinidad.
El niño quemado vivo nació en una clínica de Viña del Mar, pero no fue inscrito en el Registro Civil, según las primeras investigaciones.