Por Edwin Sánchez
En septiembre de 2010 el líder revolucionario cubano llamó al ahora presidente saliente de Irán a tratar de comprender por qué los israelitas temen por su existencia
Hasan Rohani, un clérigo reformista llegó al poder en Irán. Moderado y dispuesto a hablar con Occidente, sin duda replanteará algunos puntos álgidos para convencer sobre el uso pacífico de la energía atómica. Académico, de la Universidad escocesa de Glasgow, el pueblo persa lo escogió para componer la economía doméstica y volverla insertar en el concierto de las naciones, sin perder su identidad milenaria.
Y se va Mahmud Ahmadineyad, controversial e impulsivo. Una de las banderas que agitó fue la desaparición del Estado de Israel*, al punto de declarar que la cuenta regresiva de su reloj estaba en marcha. El Presidente entrante lo culpó abiertamente que por sus “observaciones descuidadas, no calculadas y no estudiadas” le ha costado muy caro al país de Ciro y Darío.
Solo el obispo católico británico Richard Williamson, rehabilitado por Benedicto XVI, se había atrevido a negar la matanza de 6 millones de judíos a manos del régimen de Hitler, lo que provocó la justa condena mundial. Lamentablemente, Ahmadineyad se le unió en esa desastrosa declaración.
Tan grave fue que alguien con responsabilidades de Estado llegara a ese desconocimiento, que en septiembre de 2010 un hombre de gran autoridad en el mundo, el Comandante en Jefe de la Revolución Cubana, Fidel Castro, debió salir en defensa de Israel y llamar al orden al mandatario iraní: que mejor interiorizara más en la historia del antisemitismo si realmente quería contribuir a la paz.
A pesar de que Israel ha votado en contra de la resolución de las Naciones Unidas para poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, Fidel tendió la mano a la nación hebrea.
Así, el expresidente de Cuba demostró una vez más su talante de estadista, y sobre todo comprobamos que sus actos no fueron ni son impulsados por el odio, la venganza o el resentimiento, sino por un elevado sentido de humanismo y de justicia. Por algo, el Che no dudó en sumarse a la causa del joven abogado con pocas horas de conocerlo en casa de María Antonia González, México D. F., y ya en la madrugada formaba parte de la expedición del Granma.
Subtitulo: Bendiciones
Hay una profecía bíblica, de las primeras en el Antiguo Testamento, que compromete a Dios con los hombres y mujeres que le reconocen en la práctica, sus ordenanzas soberanas. El Señor le dijo a Abraham: “Bendeciré a quienes te bendijeren y maldeciré a quienes te maldijeren”. La voz de Fidel fue, en los hechos, una bendición a la descendencia del patriarca.
El periodista de la revista estadounidense Atlantic que lo entrevistó en La Habana, destacó la “claridad mental y el nivel energía exhibidos” por el exmandatario, de 84 años entonces. Una vida tan intensa y que cambió la historia de los pueblos de América Latina y del Caribe y obligó a Kennedy a lanzar el programa Alianza para el Progreso, entre otras políticas, debe tener conexión más con Aquel que “muda los tiempos y las oportunidades: quita reyes y pone reyes (Daniel 2: 21) que con el “materialismo dialéctico”.
Subtitulo: Reivindica la historia de Israel
Refiriéndose a los planteamientos de Ahmadineyad, expuso: “No creo que nadie haya sido más calumniado que el pueblo judío. Incluso, lo fue mucho más que los musulmanes, porque se lo acusaba de todo. Nadie culpa a los musulmanes de nada [...] Los judíos han vivido una existencia mucho más dura que la nuestra [Cuba]. No hay nada que se pueda comparar al Holocausto”, agregó.
“El gobierno iraní debería entender que los judíos fueron expulsados de su tierra, perseguidos y maltratados en todo el mundo porque se los acusaba de haber matado a Jesucristo”, enfatizó.
En su magnífica lección de historia, transcripta por el periodista Jeffrey Golberg, el Comandante subrayó la trascendental importancia del Judaísmo, raíz y razón de una rama —injertada— llamada cristianismo:
“Durante 2 mil años fueron sujeto de una terrible persecución y después sufrieron con los pogroms. Uno podría haber supuesto que desaparecerían, pero su cultura y la religión los mantuvo unidos como nación”.
Aunque el jefe histórico de la Revolución fue muy crítico con la política de Israel, con mayor énfasis en su programa nuclear, de ninguna manera lo llevó a negar la sufrida historia judía, mucho menos a “profetizar” la desaparición de la patria de Moisés del mapa.
Tras las conversaciones, Goldberg debió exaltar que Fidel tiene una identificación intelectual y muy afectiva “con el pueblo judío y reconoce el derecho a su existencia”.
Subtitulo: Israel agradeció a Fidel
La cadena británica BBC reportó que el presidente de Israel, Simon Peres y el primer ministro, Benjamin Netanyahu, elogiaron al expresidente de Cuba, por su apoyo a Israel.
El presidente israelí le envió una carta personal agradeciéndole sus comentarios, que dijo eran inesperados y estaban llenos de una profundidad intelectual única. “Su comentario me emocionó mucho”, confesó Peres.
Por su parte, Benjamín Netanyahu dijo que las palabras de Fidel mostraban un “profundo conocimiento de la historia del pueblo judío y del Estado judío”.
No era para menos, pues el líder revolucionario llamó al ahora presidente saliente de Irán a tratar de comprender por qué los israelitas temen por su existencia. Es que Fidel está muy claro que a ninguna otra nación se le ha imputado el más atroz de todos los cargos que conoce la humanidad desde que el mundo es mundo: ser declarados deicidas.
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* En noviembre de 2006, Ahmadinejad dijo: “Las grandes potencias han creado el régimen sionista para extender su soberanía en la región [...] todos los días este régimen masacra a los palestinos, pero como es contrario a la naturaleza, pronto asistiremos a su desaparición y a su destrucción”. Se refiere al régimen sionista, no al pueblo de Israel.
La Voz del Sandinismo, 17-06-2013