Donald Trump 7Por Hernán de la Cruz Enciso (*)

En Allin Kawsay y un proyecto histórico, que es un pequeño ensayo sobre el Perú, dijimos que las corporaciones internacionales, conocidas como transnacionales (sin patria, sin ética, sin sentimiento), son puro veneno para los pueblos y para las personas de cualquier parte del mundo. Hablamos del fin de la Civilización del Capital y de un nuevo tiempo. Dijimos que nuestro Congreso está ocupado en cuidar el bolsillo de esas corporaciones saqueadoras mientras la sociedad entera se pudre en la inseguridad, la violencia y la corrupción; y denunciamos que nuestros gobernantes han estado promoviendo la especulación y persiguiendo al capital productivo. Dijimos asimismo que para nosotros primero está la soberanía, que el globalismo es una trampa. A quienes pensamos de ese modo en el Perú nos llaman violentistas y desestabilizadores.

En ese documento de estudio denunciamos que “Los dueños del gran capital (castas cerradas distribuidas en todos los países), para seguir su camino (guerra de mercados, acumulación de riqueza, propiedad sobre los productos e, incluso, sobre la vida) han sembrado muerte y destrucción, coronándose como la peor pesadilla de todos los tiempos, comparable con el Medioevo, al originar problemas ambientales, sociales, económicos y políticos sin solución. Por su parte, el socialismo ha degenerado en la lucha de clases, convirtiendo al planeta en un permanente campo de batalla”.

Y anunciamos que “Los síntomas del final de toda la civilización son evidentes (más, aún, con la actual y terrible Crisis Climática, disfrazada como cambio climático –que es natural– gracias al poder manipulatorio de los medios de difusión masiva, diarios, TV, radioemisoras, agencias de noticias, etcétera, de propiedad concentrada de los mismos que crearon dicha Crisis, desde que nació el Capitalismo). Está pasando lo que pasó con el Medioevo. El ser humano ya no es el fin sino el medio. Si para avanzar es preciso destruir pueblos y matar personas, se hace. Si para garantizar el enriquecimiento de unos pocos es necesario aplicar políticas esclavistas contra los trabajadores, se hace. Hay un orden en el Mundo (económico, político, militar, social), un orden impuesto desde arriba y que se sostiene con la represión de los ejércitos y la manipulación de los medios de difusión masiva, Internet y complementos similares. Un orden que se altera de cuando en cuando desde abajo mediante golpes económicos, armados, políticos y sociales. En conclusión: hay orden y cierta paz pero no hay armonía ni respeto por la vida”.

TRUMP, EL CAMBIO DE RUMBO

El artículo Trump: el buque insignia cambia de rumbo, escrito por Miguel Angel Ferrer, dice lo siguiente: “La victoria de Donald Trump debe ser bienvenida y saludada con entusiasmo por todas aquellas personas que repudian y se oponen a las políticas neoliberales. Tan bienvenida o más que el Brexit. Porque ambos fenómenos sociales implican un freno y una poderosa resistencia a las políticas diabólicamente empobrecedoras instauradas hace 40 años por Margaret Thatcher y Ronald Reagan.

Donald Trump ha dicho que piensa repudiar el tristemente célebre Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) que tanta pobreza y desempleo ha generado en México y, también, en Estados Unidos. Y ha manifestado igualmente que piensa sacar a su país del Acuerdo de Asociación Transpacífico (ATP).

 “El triunfo de Donald Trump es en rigor una rebelión contra el orden neoliberal. Y podría decirse, guardando todas las proporciones que haya que guardar, que esta rebelión es equivalente a la insurrección electoral protagonizada por Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 contra ese mismo orden neoliberal inaugurado en México seis años antes por el presidente Miguel de la Madrid y por el corruptísimo y odiado Carlos Salinas de Gortari.

“Y parecida, igualmente, a las rebeliones antineoliberales de Lula en Brasil, de Evo en Bolivia, de Correa en Ecuador, de Ortega en Nicaragua, de Lugo en Paraguay, de Néstor y Cristina en Argentina, de Chávez y Maduro en Venezuela. Y también semejante a la derrotada insurrección electoral griega llamada Syriza. Y asimismo semejante al movimiento, un tanto inconsecuente, de Podemos en España”.

UN MENSAJE ALECCIONADOR

Donald Trump, ahora presidente de Estados Unidos y representante del sector más conservador de ese país, en su discurso se lanza contra “Las grandes empresas (transnacionales), los medios de comunicación de élite” y despotrica de “los acuerdos comerciales (ejemplo TPP) que le quitan a nuestro país los empleos y la riqueza que tiene”. Dice: “Nuestro plan pondrá a Estados Unidos en primer lugar… El americanismo, no el globalismo, será nuestro credo”. Y habla del “bien nacional” antes que los intereses personales, y anuncia el retorno de los nacionalismos con la protección del empleo de los estadounidenses y, por consiguiente, la protección de las empresas nacionales.

Si vamos a escuchar el discurso completo de Trump, Rafael Correa y Evo Morales están en el camino correcto, y Perú, con la Constitución de Fujimori, en el camino incorrecto. ¿Ahora dirán que Donald Trump es rojo y caviar, un desestabilizador? ¿Dirán ahora que Trump es socialista o comunista? Nosotros decimos que Trump solo está a tono con los nuevos tiempos. ¿Los peones de las transnacionales dirán ahora que Tankar es republicano o socialista? ¡Ni republicano ni socialista! ¡Tawantinsuyano a mucha honra!

(*) Escritor y periodista.

Escuchen el discurso completo: