El presidente de los Estados Unidos Donald Trump ha despedido a la fiscal general Sally Yates, peona de Obama, por desacatar la nueva orden ejecutiva sobre el control de los inmigrantes.
"La fiscal general en funciones, Sally Yates, ha traicionado el Departamento de Justicia al negarse a llevar a cabo la orden legal que busca proteger a los ciudadanos de Estados Unidos", informó la Casa Blanca.
"La Sra. Yates es una persona designada por la Administración de Obama, es blanda en cuanto a las fronteras y muy blanda con la inmigración ilegal", indica el comunicado, y agrega: "Es hora de ponernos serios en cuanto a la protección de nuestro país. Instar a examinar más minuciosamente a individuos que provienen de siete lugares peligrosos no es extremo. Es razonable y necesario para proteger nuestro país".
En reemplazo de Yates, el fiscal de distrito oriental del estado de Virginia, Dana Boente, fue nombrado como nuevo jefe del Departamento de Justicia. "Me siento honrado de servir al presidente Trump en este papel hasta que el senador [Jeff] Sessions sea confirmado. Defenderé y haré cumplir las leyes de nuestro país para garantizar que nuestro pueblo y nuestra nación son protegidos", dijo Boente como secretario general en funciones en un comunicado de prensa.
El despido de Yates se determinó después de que dio a los abogados del Departamento de Justicia instrucciones de no defender el decreto del presidente sobre inmigración y refugiados.
"Soy la responsable de garantizar que las posturas que tomamos en el tribunal son coherentes con la solemne obligación de esta institución de buscar siempre la justicia y abogar por lo que es correcto", escribió en una carta citada por el periódico 'The New York Times'. "En estos momentos no estoy convencida de que la defensa de la orden ejecutiva sea coherente con esas responsabilidades ni estoy convencida de que la orden ejecutiva sea legal".
La orden ejecutiva presidencial para regular el flujo de entrada de inmigrantes en los EE. UU. fue firmada el pasado 27 de enero, la cual restringe durante 90 días el ingreso a territorio estadounidense de personas procedentes de Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen.
La medida es temporal y busca fortalecer los controles en diversos niveles para evitar el ingreso de terroristas islámicos.
Tanto esta medida como la de la construcción del muro en la frontera con México están siendo utilizadas por agentes desestabilizadores para buscar socavar el gobierno de Trump.
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