Rosa Bronstein
Tel Aviv, 30 abr (Sputnik).- En el acontecimiento más multitudinario desde hace un año, una estampida dejó 45 muertos y más de 150 heridos, cuando unos 100.000 ultraortodoxos se congregaron en Galilea para celebrar la festividad religiosa de Lag Baomer.
"Los teléfonos de los muertos no dejan de sonar y vemos (que las llamadas son de) "mi querida esposa" y "mamá", dijo un trabajador del servicio de emergencias Zaka a la radio nacional israelí.
Los primeros anuncios del servicio de emergencias United Hazalah a la 1:25 de la madrugada de este viernes informaban sobre una tribuna que se habría caído aplastando a docenas de peregrinos, sin embargo, a primera hora de la mañana se empezó a informar sobre un posible resbalón de varias personas, en un pasillo estrecho por el que tenía que transitar la masa de peregrinos, provocando un efecto dominó incontenible.
Los que venían detrás de los caídos no sabían que había personas en el suelo y, al parecer, la Policía también ignoró en los primeros momentos el hecho y bloqueó una de las salidas. El resultado por ahora es de 45 muertos, más de 150 heridos, 18 en estado crítico con varios niños entre ellos, y se está investigando si se ha tratado de una negligencia.
MASIVO Y PELIGROSO
Israel, que parece estar de salida de la crisis sanitaria del coronavirus con más de la mitad de su población vacunada, comenzó a relajar las restricciones para evitar contagios de covid-19 hace dos semanas. El aforo permitido para eventos en el exterior está en 10.000 asistentes, y sin embargo la anual peregrinación al Monte Merón, a visitar la tumba del rabino Simón Bar Yochai, un místico del siglo II, reunió anoche a unas 100.000 personas.
El Monte Merón es una pequeña montaña en el norte del país, en la región de la Galilea, y a la localidad de Merón que está a sus pies cada año llegan centenas de autobuses con miles y miles de peregrinos.
"La festividad celebra un milagro relatado en el libro sagrado del Talmud, que cuenta que la pandemia que mató a más de 20.000 alumnos del importante Rabino Akiva en el siglo II cesó ese día, y su pródigo alumno, el otro gran rabino, Bar Yochai, murió tal día como ese, así que es una doble conmemoración", explicó a Sputnik la rabina Diana Villa.
No todos los judíos religiosos celebran Lag Baomer en Merón, sino aquellos llamados jaredím, en hebreo, "temerosos", en español, que pertenecen a la corriente mística del judaísmo, diferenciada de la corriente más racionalista.
Durante el pico del coronavirus varios funerales masivos congregaron a miles de jaredím en diferentes ciudades israelíes poniendo de relieve una vez más la brecha entre esta comunidad y el resto de Israel, siendo este sector el que acumuló más de una tercera parte de los contagios del covid-19 por ignorar la normativa sanitaria en gran medida, y este era el temor de muchos en esta celebración tan masiva, que los contagios se disparasen nuevamente. Sin embargo, ocurrió algo más dramático, pero no por ello inesperado.
NO INESPERADO
Un periodista religioso del noticiario de Kan decía en su informe que, como observador de este fenómeno durante años, lo extraño es que una tragedia así no hubiera sucedido antes. "Por las tremendas aglomeraciones y lo precario de las instalaciones", enfatizó.
Según informó el diario Haaretz, hace una década el controlador del Estado ya advirtió sobre la precariedad de las instalaciones de la tumba y sus alrededores, declarando el lugar como no apto para las multitudes. Y la misma figura pública volvió sobre la misma advertencia en 2018.
Ha comenzado el cruce de acusaciones, mientras los muertos aún están siendo identificados y la mayoría de las familias aún no han sido informadas. La Policía, acusada por testigos de haber bloqueado una salida a los miles de peregrinos, provocando mayor desastre durante los primeros momentos del accidente por falta de claridad, ha declarado a medios locales que el lugar fue revisado desde el punto de vista de su ingeniería y que las personas se cayeran por las escaleras "estaba fuera de su control".
Por su parte los servicios de emergencias, acostumbrados a lidiar con atentados terroristas y situaciones de desastre, unánimemente han declarado que es uno de los peores panoramas que han visto en tiempo de paz en el país: "He visto muchas cosas horribles, pero nunca un accidente masivo como este", dijo a la televisión pública el doctor Michael Harari, pediatra del hospital Ziv, donde la mayor parte de los heridos están siendo tratados. (Sputnik)