Lourdes Gómez
Londres, 4 may (Sputnik).- Las múltiples elecciones regionales y locales que se celebran en Gran Bretaña este jueves 6 determinarán el futuro constitucional del Reino Unido y las perspectivas del Partido Laborista de recuperar el poder bajo el liderazgo de Keir Starmer.
Las urnas se abrirán en las tres naciones de Gran Bretaña —Inglaterra, Escocia y Gales— en un abanico de citas electorales. En el bautizado como "superjueves", están en liza más de 5.000 escaños en ayuntamientos ingleses y se eligen alcaldes en Londres y otras grandes ciudades. Gales renueva la asamblea autonómica de Cardiff y en Escocia se decide la composición del Parlamento de Holyrood y el rumbo constitucional del Reino Unido.
CERCA DE LA RUPTURA CONSTITUCIONAL
Solo Irlanda del Norte quedará al margen del furor electoral de esta crucial semana, aunque no de sus resultados. Una victoria nacionalista en Escocia, además del posible despertar electoral de la causa soberanista en Gales, pondrá en riesgo la cohesión de la unión británica. "Una mayoría independentista en el Parlamento de Holyrood - algo que el sistema electoral escocés está diseñado para evitar que suceda- nos aproximará a la ruptura del Reino Unido", reconoció a Sputnik la escritora Val McDermid en un evento con miembros de la Asociación de Prensa Extranjera (FPA, en sus siglas en inglés).
El Partido Nacional de Escocia (SNP) marcha como favorito a la victoria, tras gobernar 14 años ininterrumpidamente, los últimos seis con Nicola Sturgeon en el timón. Solo se cuestiona si los nacionalistas alcanzarán la mayoría absoluta o renovarán la alianza con la formación Verde, que también apoya la independencia y respaldó a Sturgeon en la legislatura anterior.
MAYORÍA INDEPENDENTISTA
Los últimos sondeos de intención de voto dieron al SNP 66 diputados (tres más que en la legislatura anterior) y una mayoría de un escaño. El partido Verde aumentaría a 11 su presencia en la Cámara de 129 representantes, mientras que las proyecciones siguen inciertas sobre la actuación de Alba, el nuevo vehículo electoral del exministro principal y líder nacionalista, Alex Salmond. Una encuesta le adjudica el 6 por ciento del reparto de votos y hasta 3 escaños en Holyrood.
"La mayoría independentista parece muy probable en Escocia," observó Sarah B Hobolt, profesora de la London School of Economics en un encuentro con medios extranjeros. Sturgeon propone convocar el llamado Indyref2 una vez superada la pandemia del coronavirus, hacia finales de 2023, si alcanza la meta esta semana.
A su vez, el primer ministro británico, Boris Johnson, reitera su intención de frenar la transferencia de poderes que aseguraría la legitimidad del plebiscito. Su estrategia contra las corrientes separatistas incluye la promoción de enseñas y símbolos del Reino Unido en proyectos financiados por el gobierno central y en edificios públicos de Escocia e Irlanda del Norte, naciones donde más riesgo hay de que rompan con Londres.
GUERRA DE BANDERAS
"Cunde el sentimiento de que están desplegando la bandera de la unión con mucha más visibilidad que antes, lo cual nos desagrada. Es el símbolo de una unión que rechazamos, de un poder colonial que no apreciamos particularmente", explicó la autora de novelas de crimen e intriga.
Para Anthony Barnett, cofundador de la ONG Open Democracy e instigador de la campaña "Unión Europea con Escocia", el Reino Unido es una "unión multinacional" que tiene los días contados en su estructura actual. "El Gobierno de Johnson está utilizando la Union Jack (bandera británica) como un arma. No es una bandera nacional. La unión, como la conocemos hasta ahora, está acabada y solo hay dos opciones por delante: o se convierte en una unión absolutamente centralizada o se desquebraja con Escocia liderando el camino", defendió en la teleconferencia con la FPA.
EFECTO COVID
En Inglaterra, la disputa electoral del jueves es una prueba de fuego para Keir Starmer, quien tomó el relevo de Jeremy Corbyn, veterano de la izquierda laborista, después de los más desastrosos resultados legislativos en décadas. "Los comicios representan el más importante examen de los triunfos y fracasos de los partidos y los líderes desde 2019. Y las expectativas para los laboristas son modestas", concluye Tony Travers, profesor de la LSE.
El experto en política local advierte que la pandemia se ha "impuesto sobre todo lo demás", incluido el Brexit, cuyo impacto negativo en la economía y la política ha quedado cubierto bajo la crisis del coronavirus. El "superjueves" llega, añade Hobolt, en un "momento de creciente confianza y popularidad del Gobierno conservador", empujado por una excelente campaña de vacunación y el sentimiento de bienestar ante la relajación de las restricciones.
La clave se centra en los municipios posindustriales del norte de Inglaterra, que secundaron la salida de la UE en el referéndum de 2016 y tres años después votaron tory por primera vez. Starmer ha borrado la palabra Brexit de su discurso político con el fin de recuperar al electorado de clase obrera, con menos recursos y predominantemente blanco, que dio la espalda al laborismo en los últimos años.
Los expertos de la LSE creen que la tarea será difícil en el escenario de la pandemia y con un partido conservador que, capitaneado por Johnson, sigue siendo de "derechas en cuestiones de identidad, pero económicamente de izquierdas". Starmer alerta de entrada que la recuperación de la hecatombe electoral no se materializará en un año. (Sputnik)