Daniel Martín
 
Madrid, 5 may (Sputnik). – Madrid depositó este martes su confianza en la candidata del conservador Partido Popular, Isabel Díaz Ayuso, para seguir liderando la región por dos años más. Lo anticipaban las encuestas, pero su victoria fue más contundente de lo esperado, lo que desató un verdadero terremoto político.
 
 

Isabel Diaz Ayuso

 

 
Pese al contexto de fragmentación de partidos en España, la lista de Ayuso quedó al borde de la mayoría absoluta, consiguiendo 65 de los 136 escaños que componen la Asamblea de Madrid gracias al 44,73 por ciento de los votos. La victoria fue incontestable: los populares resultaron la fuerza más votada en 177 de los 179 municipios de la región.
 
No solo eso, sino que el Partido Popular superó al conjunto de las izquierdas. Más Madrid, PSOE y Unidas Podemos lograron únicamente 58 escaños. Con esta relación de fuerzas, la legislatura se antoja plácida para Ayuso, sobre todo después de que los ultraderechistas Vox –13 escaños– anunciaran su intención de apoyarla ya sea como socio parlamentario o integrándose en su gobierno.
 
IGLESIAS, LA VÍCTIMA
 
La primera víctima del ciclón electoral fue el candidato de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, que renunció a todos sus cargos tras llegar a la conclusión de que su liderazgo, lejos de ayudar a la izquierda, generó "una movilización sin precedentes de los discursos fascistas" para alzar al "trumpismo" de Ayuso.
 
Tras desbancar a Iglesias –vicepresidente del Gobierno hace tan solo unos días– la derecha española ya coloca en su punto a la otra pata del Ejecutivo de coalición progresista instalado en el Palacio de la Moncloa: el presidente Pedro Sánchez (PSOE).
 
"Esa forma de gobernar con opulencia y con hipocresía desde la Moncloa tiene los días contados", dijo este martes Isabel Díaz Ayuso, tras conocer los resultados en Madrid.
 
En un tono similar se expresó el presidente de los conservadores, Pablo Casado, que calificó la victoria de Ayuso como "el kilómetro cero del cambio en España" y "un punto de inflexión para la política nacional" tras quedar constatado que "uniendo al centro-derecha se puede ganar a Sánchez".
 
Aunque Casado sigue apelando al centro, la realidad es que el fenómeno Ayuso se construyó virando a la derecha, con un discurso extremadamente beligerante hacia las izquierdas y que, lejos de confrontar con Vox, asume buena parte de sus postulados.
 
A LA MADRILEÑA
 
Su victoria es también un espaldarazo al 'laissez-faire' pandémico tras una campaña electoral centrada en defender la apuesta de Ayuso de no cerrar los bares mientras la segunda oleada de contagios de covid arreciaba, erigiéndose como defensora de la "libertad" frente a las restricciones sanitarias.
 
Con los bares como bandera, Ayuso consiguió en los últimos meses armar un discurso identitario que hasta la fecha no existía en la región. Ella lo llama "vivir a la madrileña".
 
"En Madrid se paga mucho por vivir, es una vida difícil, pero sin embargo es una vida apasionante, porque después de un día sufriendo nos podemos ir a una terraza a tomarnos una cerveza con los nuestros", dijo recientemente en un mitin.
 
En otras ocasiones, la líder regional defendió que la libertad de Madrid es poder elegir una sanidad y educación privadas, pero también "poder irse de cañas, o ir a misa, o a los toros" e incluso "no volver a encontrarte con tu ex". "En Madrid puedes cambiar de pareja y no volver a encontrártelo nunca más. Es una libertad que no ocurre en todas partes", argumentó durante una entrevista radiofónica.
 
Con ese discurso, y con la promesa de bajar impuestos como principal propuesta verdaderamente política, Ayuso se alzó con una victoria histórica. Pese a los claros ecos nacionales de los resultados, ahora una de las grandes incógnitas es ver hasta qué punto son extrapolables al resto del país.
 
¿UN AVISO A SÁNCHEZ?
 
Una de las batallas que se dirimía este martes era comprobar el estado de salud del Gobierno de Pedro Sánchez frente al contrapeso de su poder en Madrid. Si de verdad eso estaba en juego, el Ejecutivo sale mal parado: a la victoria de Ayuso se suma que los dos partidos del Gobierno –Unidas Podemos y PSOE– fueron superados en votos por la alternativa progresista de Más Madrid.
 
Pese a ello, los socialistas optaron por no encender las alarmas. "Han sido unas elecciones territoriales ganadas por el Partido Popular de Madrid utilizando el discurso de Vox", dijo la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, convencida de que esa fórmula fracasará en el resto de España.
 
Según su análisis, la derrota sin paliativos de la izquierda se debe al desarrollo de una campaña atípica plagada de "elementos irracionales" que situaron a "tomar cañas en los bares" como un elemento central del debate, algo que difícilmente ocurrirá en otros territorios.
 
En un término medio entre se sitúa Iñigo Errejón, el fundador de Más Madrid, que pidió cautela a la hora de extrapolar los resultados al resto de España, aunque no lo ve del todo inviable.
 
"Ayer se votó en Madrid. No votaron todos los españoles (…) Ahora bien, Madrid no está en Marte, está en España, y lo que pasa allí tiene un impacto", opinó este miércoles antes de valorar que, respecto a su partido, sí ve posible seguir adelantando al PSOE en otras citas gracias a la "ola verde europea".
 
La posibilidad de un ascenso nacional de Más Madrid es solo una más de las muchas incógnitas que deja la noche electoral. A este se suman otros interrogantes: ¿Amenaza el auge de Ayuso a Pablo Casado? ¿Puede sobrevivir Unidas Podemos sin Pablo Iglesias? Es irreversible la caída de Ciudadanos?
 
Sea como sea, lo que está claro es que las elecciones en Madrid han servido para menear el avispero y que, aunque todavía no se pueda distinguir el dibujo completo, algunas de las teselas que componen el mosaico de la política española ya empezaron a cambiar. (Sputnik)