El portaviones HMS Queen Elizabeth (Reina Isabel) tiene previsto zarpar este fin de semana de la base naval de Porstmouth, en el sur de Inglaterra, en su primera operación internacional y en un despliegue de fuerza, diplomacia y ambición comercial del Reino Unido en la era del post-Brexit.
La flota del llamado Carrier Strike Group (CSG) penetrará en el Mar Negro y cruzará el estrecho de Taiwán del Mar del Sur de China, entre otros escenarios conflictivos, en una "actitud de confianza, pero no agresiva", según indicó el ministro de Defensa, Ben Wallace, en una intervención en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, (IISS, en sus siglas en ingles).
No se ha desvelado el número de buques que entrarán en el disputado Mar Negro en un ejercicio que, según fuentes próximas a la Marina Real británica, demostrará que "esas aguas no pertenecen a Rusia".
Los británicos tratan de mitigar la percepción de hostilidad que envuelve al CSG21, que recorrerá unas 26.000 millas náuticas durante las próximas 28 semanas.
La misión, según explicó a miembros de la Asociación de Prensa Extranjera (FPA) el vicealmirante y jefe de operaciones conjuntas del Ministerio de Defensa, sir Ben Key, es "ambiciosa, desafiante" y da fe del "compromiso" del Reino Unido para "desempeñar un papel en la seguridad" internacional.
Londres tratará de forjar un rol internacional en esta primera operación del Reina Isabel, afianzando su presencia en aguas que Rusia comparte con miembros de la OTAN y ejercitando el derecho de navegación en el Mar del Sur de China.
Los tres Ejércitos participan en el CSG21, que se tiene como el mayor despliegue naval británico desde la guerra de las Malvinas de 1982.
La agenda incluye maniobras en el Mediterráneo con el portaviones francés Charles de Gaulle y ejercicios militares con buques y aviones de combate de Estados Unidos, Canadá, Dinamarca, Grecia, Israel y Japón, entre otras naciones. ".
(Sputnik)