Ana Delicado Palacios
 
Es una política de Estado que cruza sus fronteras. Argentina ha lanzado una campaña para encontrar en el extranjero a los hijos de desaparecidos durante la última dictadura cívico militar (1976-1983) que puedan tener identidades fraguadas sin saberlo.
 
 

abuelas plaza mayo

 

 
El ministerio de Relaciones Exteriores es el responsable de gestionar y enviar a sus delegaciones diplomáticas unos kits de toma de muestras sanguíneas.
 
Lo explica a Sputnik la titular de la Dirección de Derechos Humanos de la institución, Cecilia Meirovich.
 
"La Cancillería es un puente para que se puedan tomar pruebas hemáticas a través de nuestras representaciones y de nuestros consulados en el exterior, a pedido de una muestra específica", cuenta.
 
Esas solicitudes llegan a través de la justicia o de la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI), que debe tener abierto un legajo sobre la posible persona apropiada.
 
La Cancillería también colabora desde hace al menos 10 años con el prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) para que familiares que residen en el exterior puedan extraerse sangre en los consulados.
 
A LA ESPERA DEL 131
 
Abuelas de Plaza de Mayo se dedica a buscar y a restituir la identidad de unos 500 hijos de mujeres secuestradas que nacieron en cautiverio y fueron adoptados de forma ilegal.
 
La entidad halló hasta el momento a 130 nietos, pero ya han pasado casi dos años desde que se encontró al último. Por eso, ningún esfuerzo es en vano para dar con el paradero de las otras 370 personas, que ahora tienen entre 40 y 45 años.
 
La Campaña Internacional por el Derecho a la Identidad, lanzada el 24 de marzo con ocasión del 45 aniversario del golpe de Estado, hace suya esta búsqueda a través de consulados y representaciones diplomáticas.
 
"La idea es que cualquier persona sepa que es una política de Estado para Argentina y que diferentes agencias trabajan en eso", aclara a esta agencia quien coordina el área de Memoria, Verdad y Justicia dentro de la Dirección de Derechos Humanos, Josefina Nacif.
 
HALLAZGOS
 
Entre 2015 y 2019 se realizaron 110 extracciones de sangre en el extranjero a pedido de la CONADI, y otras 46 solicitadas por distintos juzgados.
 
La Cancillería intervino en tres casos de restitución de identidad, recuerda la coordinadora. "Una nieta residente en Países Bajos y un nieto residente en Estados Unidos fueron identificados por una labor conjunta de la CONADI y este ministerio", afirma.
 
La tercera persona fue una mujer que vivía en España y que no quiso hacerse la prueba de ADN a través de los consulados. Poco tiempo después viajó a Argentina "sabiendo que si pisaba el territorio la iban a convocar, y así fue", añade Nacif.
 
Entre 2020 y el transcurso de este 2021, se procesaron otras 23 extracciones por requerimiento de la Comisión.
 
De 2014 a 2019, en paralelo, se remitieron al Banco de la EAAF los restos de 15 personas, como parte de la Iniciativa Latinoamericana para la Identificación de Personas (ILID) dependiente de la Secretaría de Derechos Humanos.
 
"Los casos que han dado positivo son en realidad de extracciones que no se llegaron a hacer en consulados, sino que se terminaron haciendo en Argentina, aunque sí participaron nuestras representaciones en una primera toma de contacto", puntualiza la coordinadora.
 
 
La campaña que realiza Abuelas de Plaza de Mayo es conocida por todos los argentinos que viven en el país, pero es más difícil que resuene en el extranjero. "Entonces ésta es la primera vez que hacemos a nivel global una campaña ambiciosa en todos países con representación diplomática", valora.
 
La finalidad de esta iniciativa, en suma, "es que cualquier persona sepa que ésta es una política de Estado para Argentina, no solo para las que dudan, sino para las que crean que conocen a alguien que puede ser víctima de una apropiación", finaliza Nacif.
 
Una campaña inédita para un llamado que no pierde vigencia. 
 
 
Con información de Sputnik