Camila Cardoso
El presidente de Chile, Sebastián Piñera, se prepara para abandonar el Palacio de la Moneda y busca levantar su imagen, en caída desde el estallido social de 2019, con una apuesta a la "defensa de la soberanía nacional". Una receta que no suele fallar.
La semana pasada, Piñera pateó el tablero diplomático con un decreto de actualización de su Carta Náutica que prevé ampliar su plataforma continental unos 25.000 kilómetros cuadrados.
Lo polémico es que, según Argentina, 5.500 de ellos son reconocidos internacionalmente como argentinos y el resto son patrimonio universal.
El presidente chileno inició septiembre con una aprobación del 16 por ciento de la población y una desaprobación del 73 por ciento, según el último estudio de la encuestadora privada Criteria, difundido el jueves.
El impacto de su nueva jugada todavía no se puede medir, pero se especula que el mandatario busca mejorar esa imagen- que a principios de este año alcanzó puntos históricos de caída con solo un 7 por ciento de respaldo ciudadano en una encuesta realizada por Tú Influyes y el Centro de Estudios Público lo situó como el político peor evaluado de toda la escena nacional- o al menos cambiar el foco de la atención.
Piñera defendió su decreto calificándolo de "política de Estado" en defensa de la soberanía.
Sin embargo, para Argentina se trata de un intento de apropiación por parte de Chile.
"Nadie se apropia de lo que le pertenece", aseguró por su parte el canciller chileno, Andrés Allamand, quien rechazó la acusación argentina.
Así, la decisión del Gobierno trasandino revivió tensiones entre ambos países que habían sido selladas con el acuerdo de paz de 1984.
CONTROVERSIA
La respuesta argentina no tardó en llegar. Al tomar conocimiento del decreto, la cancillería emitió un comunicado afirmado que la proyección chilena "no condice con el Tratado de Paz y Amistad celebrado entre ambos países en 1984".
Asimismo, señala que "Chile pretende apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina y de una extensa área de los fondos marinos y oceánicos, espacio marítimo que forma parte del Patrimonio Común de la Humanidad de conformidad con la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar".
El canciller argentino, Felipe Solá, señaló que con esa acción Chile "manifiesta una vocación expansiva", que su país rechaza.
El tratado de 1984, firmado bajo la mediación del Vaticano y el papa Juan Pablo II, puso fin a un diferendo entre ambos países que casi desemboca en una guerra a finales de los 70 y fijó los límites entre Chile y Argentina desde el canal Beagle hasta el pasaje de Drake.
La línea trazada para determinar las zonas económicas exclusivas y plataformas continentales de cada país establece que al oeste del meridiano 67 tiene soberanía Chile y al este Argentina.
Sin embargo, hay una zona donde esa línea no llega, en el llamado "punto F", que es donde Chile amplió su plataforma.
El área en disputa es la famosa "medialuna", ubicada bien al sur entre ambos países, un territorio con enormes recursos naturales.
La medialuna, de 5.000 kilómetros cuadrados, fue incluida en la plataforma continental argentina con el respaldo unánime del Congreso nacional, y luego ratificada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), sin la objeción de Chile, argumenta Buenos Aires.
Sin embargo, Santaigo asegura que en varias oportunidades manifestó a Argentina que lo que estaba haciendo "era inoponible".
DIÁLOGO
A pesar de que cada uno defiende su postura, las partes apuestan conversar para resolver el conflicto.
Los senados de los dos países ratificaron las posiciones de sus gobiernos, pero también hicieron mención al diálogo como el único camino posible.
Por el momento, Chile descarta que esta disputa territorial llegue a instancias internacionales, donde en los últimos años ya ha enfrentado otros conflictos: uno con Bolivia por la salida al mar (en el que la Corte de Justicia Internacional falló a favor de Santiago), y la controversia por el límite marítimo con Perú (en el que el Tribunal de La Haya dio la razón a Lima).
Por su parte, el vicepresidente del Parlamento del Mercosur (Parlasur), Oscar Laborde, anunció la intención del organismo de convocar al diálogo a Argentina y Chile tras el nuevo conflicto.
Sebastián Piñera finalizará su segundo mandato 11 de marzo de 2022, cuando asuma quien resulte electo en los comicios presidenciales del próximo 21 de noviembre.
Sea quien sea el vencedor, la política respecto al nuevo reclamo nacional parece, al menos por ahora, seguirá la misma ya que los principales candidatos han manifestado el respaldo a la posición del Gobierno y el Estado chileno.
Con información de Sputnik
Artículos relacionados
Chile país ladrón intenta apropiarse de territorio argentino
¿Chile con armamento nuclear, además de gases venenosos?
Argentina: La Cancillería ya se prepara para discutir con Chile sobre la plataforma continental
Argentina reafirma su soberanía sobre la plataforma continental que Chile busca robar
Chilenos coreando consignas homicidas contra el Perú, Bolivia y Argentina
Chile: El aliado secreto de Inglaterra en contra de Argentina en la Guerra de las Malvinas
Chile reconoce que se alió con Inglaterra en contra de Argentina a raíz de la Guerra de las Malvinas