¡Embargad los avíos, que aquí no hay dinero!
Por José Carlos García Fajardo*
“Lo he gastao en comías pa ella y en boticas que no le sirvieron”, escribió Gabriel y Galán en El embargo. España se sentía orgullosa hasta ayer por ser país de acogida para millones de inmigrantes porque no podía olvidar que, durante más de cuatro siglos, fuimos pueblo de emigrantes a otros países. Por esa razón no tuvieron que aprender los caminos porque nosotros se los habíamos abierto con nuestras pisadas. Solíamos decir que los inmigrantes nos devolvían las visitas que les habíamos hecho, sin haber sido invitados. Habíamos declarado sus tierras y a sus pueblos “de conquista y de misión, de evangelización y de civilización”, por nuestros Católicos Reyes “legitimados” por Bulas desde la ignominiosa Inter caetera otorgada por el papa Alejandro VI en 1493 en favor de los reyes de Castilla.