banco central europeoPor Xavier Caño Tamayo*

En Madrid, un jubilado pide un anticipo de 50 euros en la oficina bancaria donde ingresan su magra pensión. Para acabar el mes sin pasar hambre. Un pequeño empresario considera seriamente suicidarse. Para eliminar de una tacada sus problemas empresariales, económicos y financieros. Son muestras de un cúmulo de dificultades, penalidades, privaciones, pobreza y angustias. Mucha gente sufre. Y, además, esas víctimas no vislumbran luz al final del túnel de esta obscena crisis con culpables. Ni un destello.