Antibióticos aumentan el riesgo de parálisis cerebral en los fetos
Los antibióticos en las gestantes, que se toman con la finalidad de prevenir los partos prematuros, pueden aumentar el riesgo de desarrollar parálisis cerebral en los fetos, según estudio publicado en la revista médica Lancet (18 de setiembre de 2008).
El estudio, denominado Oracle, fue financiado por el Medical Research Council en Inglaterra y relaciona casos de parálisis cerebral con antibióticos recetados a mujeres.
En el trabajo se administró, a un grupo de mujeres, antibióticos (eritromicina o coamixiclav) antes de la 37ma semana de gestación, y a otras placebo (tabletas o cápsulas que no tienen ningún fármaco); ellas tenían contracciones, pero la bolsa amniótica no se había roto.
Los estudios evidenciaron daños en los niños nacidos prematuros en los años siguientes a su nacimiento. De estos niños, aquellos cuyas madres habían tomado antibióticos durante la gestación mostraban una incidencia tres veces mayor de parálisis cerebral contra los niños con madres que no fueron tratadas con antibióticos, a razón de 4.4% contra 1.6%. En estos casos la bolsa amniótica no se había roto.
El mismo estudio analizó mujeres con y sin tratamiento de antibióticos para evitar el parto prematuro, pero no se encontró diferencia entre ambos grupos cuando la bolsa amniótica sí se había roto.
En el Reino Unido, uno de cada ocho bebés son prematuros, condición que es la primera causa de discapacidad o muerte del niño en el primer mes de vida.
La parálisis cerebral es un desorden asociado a complicaciones en el parto, al nacimiento prematuro o a enfermedad en los recién nacidos, que ocasiona retardo psicomotor. Los niños presentan deficiencias en su capacidad motora, desde grados leves a severos.
No obstante, el Royal College of Obstetricians and Gynaecologists advierte que no se puede concluir que los antibióticos son peligrosos en la gestación y por tanto prohibirlos; el estudio muestra un incremento en el riesgo de desarrollar parálisis cerebral, pero los antibióticos pueden salvar vidas y el riesgo en general se puede considerar bajo.
En vista de lo inesperado de los resultados el Medical Research Council realizará mayores investigaciones sobre estos hallazgos.
Estos estudios son una continuación actualizada de un trabajo publicado hace siete años.
En el trabajo se administró, a un grupo de mujeres, antibióticos (eritromicina o coamixiclav) antes de la 37ma semana de gestación, y a otras placebo (tabletas o cápsulas que no tienen ningún fármaco); ellas tenían contracciones, pero la bolsa amniótica no se había roto.
Los estudios evidenciaron daños en los niños nacidos prematuros en los años siguientes a su nacimiento. De estos niños, aquellos cuyas madres habían tomado antibióticos durante la gestación mostraban una incidencia tres veces mayor de parálisis cerebral contra los niños con madres que no fueron tratadas con antibióticos, a razón de 4.4% contra 1.6%. En estos casos la bolsa amniótica no se había roto.
El mismo estudio analizó mujeres con y sin tratamiento de antibióticos para evitar el parto prematuro, pero no se encontró diferencia entre ambos grupos cuando la bolsa amniótica sí se había roto.
En el Reino Unido, uno de cada ocho bebés son prematuros, condición que es la primera causa de discapacidad o muerte del niño en el primer mes de vida.
La parálisis cerebral es un desorden asociado a complicaciones en el parto, al nacimiento prematuro o a enfermedad en los recién nacidos, que ocasiona retardo psicomotor. Los niños presentan deficiencias en su capacidad motora, desde grados leves a severos.
No obstante, el Royal College of Obstetricians and Gynaecologists advierte que no se puede concluir que los antibióticos son peligrosos en la gestación y por tanto prohibirlos; el estudio muestra un incremento en el riesgo de desarrollar parálisis cerebral, pero los antibióticos pueden salvar vidas y el riesgo en general se puede considerar bajo.
En vista de lo inesperado de los resultados el Medical Research Council realizará mayores investigaciones sobre estos hallazgos.
Estos estudios son una continuación actualizada de un trabajo publicado hace siete años.
