El 23 de julio de 2022, el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, realizó una conferencia de prensa en la que declaró una emergencia de salud pública de importancia internacional relacionada con el virus de la viruela del mono, sin embargo sus declaraciones fueron mutiladas por los principales medios internacionales y todo apunta a conflicto de intereses que también estarían dividiendo a la cúpula que dirige la OMS.
CDC
Bloomberg comentó la división dentro de la OMS, pero al citar a Ghebreyesus omitió lo que éste había dicho, que se trata de “un brote que se concentra entre hombres que tienen sexo con hombres”, dijo. “Aunque yo [Tedros] estoy declarando una emergencia de salud pública de importancia internacional, por el momento este es un brote que se concentra entre hombres que tienen sexo con hombres, especialmente aquellos con múltiples parejas sexuales”.
“La mayoría de los casos reportados de viruela del simio actualmente son en hombres, y la mayoría de estos casos ocurren entre hombres que se identificaron como homosexuales, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (HSH), en áreas urbanas, y se agrupan en grupos sociales y redes sexuales”, explicó en su conferencia que duró unas dos horas.
También omitieron los datos estadísticos de España, los Estados Unidos, Reino Unido y Canadá, donde el 99% de los contagios se dieron entre hombres que tuvieron relaciones sexuales con hombres.
¿Por qué ciertos intereses ocultarían esta realidad?
La manipulación de la información obedecería a intereses económicos, pues al hacer creer que toda la población está expuesta a este contagio por igual se prepara al público para que reciba vacunas que no son la solución principal, pero que sí enriquecerían a las transnacionales farmacéuticas.
A estos distorsionadores de la información no les interesa la salud de los homosexuales ni de la gente con conductas promiscuas, pues al no tomar precauciones están proclives a contraer la enfermedad y a diseminarla más rápidamente, teniendo en cuenta que el condón no protege contra la transmisión de este virus.
Claro está que mujeres y niños pueden contraer la enfermedad, pero en una probabilidad ínfima.
No tener en cuenta estos datos también impide que las políticas de salud ataquen la enfermedad de forma más efectiva, es decir enfocándose en los grupos de riesgo, lo cual tambien favorece a los proxenetas, pues la prostitución implica alto riesgo de contagio.
Esta desviación de las políticas de salud afectarían más a los países de medianos y bajos ingresos, que cuentan con menores presupuestos para atacar la enfermedad, y en lugar de utilizarlos con efectividad, lo dispersarían con medidas de baja y mediana efectividad, como sería vacunación general y harto gasto en propaganda.
La mayor parte de estas consideraciones han sido expuestas por el profesor Michel Chossudovsky en un extenso artículo que se puede leer en Global Research.