Un estudio realizado por diversas instituciones de Francia, como la Agencia Francesa de seguridad en Medicinas y Productos de Salud, la Seguridad Nacional de Salud de Francia, la Universidad de París, entre otras, señala que los niños concebidos con embriones congelados tenían un 61% más de posibilidades de desarrollar cáncer de sangre en el futuro en comparación con los que nacieron de forma natural.

 

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Los bebés concebidos mediante FIV con embriones frescos también tenían un mayor riesgo, del 41%. No obstante, no afirman con seguridad cuál puede ser la causa, y apuntan a que tal vez no es el método tecnológico empleado, sino que las parejas mayores y en condiciones físicas que no son las mejores son las que más usan estos procedimientos.

Los investigadores franceses, que siguieron a más de 8,2 millones de niños, dijeron que sus hallazgos deben interpretarse con cautela.

Todos los niños involucrados en el estudio fueron inscritos en el Registro Nacional Materno Infantil de Francia entre 2010 y 2021. De ellos, 2.729 fueron diagnosticados con leucemia durante un período de seguimiento promedio de seis años.

Los bebés concebidos con embriones congelados tenían el mayor riesgo, con 69 casos por millón de niños por año.

Entre los concebidas con embriones frescos, el riesgo era de 52 casos por millón de niños. Los bebés concebidos de forma natural reportaron 48 por millón.

En un artículo en la revista Jama Network Open, los investigadores dijeron que los hallazgos sugieren que los niños nacidos después de la transferencia de embriones frescos o congelados tenían un mayor riesgo de leucemia.

Sin embargo, el equipo formado por organismos sanitarios de toda Francia, dirigido por la Agencia Nacional Francesa para la Seguridad de Medicamentos y Productos Sanitarios, reconoció que la evaluación del riesgo de los cánceres infantiles es un desafío dada su rareza.

La fertilización in vitro es un procedimiento médico en el que a una mujer se le inserta un óvulo ya fertilizado en su útero para quedar embarazada. Se utiliza cuando las parejas no pueden concebir de forma natural y se extraen de sus cuerpos un espermatozoide y un óvulo y se combinan en un laboratorio antes de insertar el embrión en la mujer.

Una vez que el embrión está en el útero, el embarazo debe continuar con normalidad. El procedimiento se puede realizar utilizando óvulos y esperma de una pareja o de donantes.