Jorge del Castillo 27Por Rocío Ferrel

Como si fuesen divinidades inmaculadas incapaces de delinquir, ante los procesos de corrupción en marcha, la mafia aprista, segura del aval de sus pares fujimoristas, presentó un proyecto de ley para blindarse de antemano.

No sólo los partidos políticos, sino que los apristas, encabezados por Jorge del Castillo, pretenden que también los movimientos de alcance regional o departamental no sean considerados “Organizaciones Criminales”.

Como se sabe, las organizaciones criminales no suelen constituirse abiertamente, por ejemplo, como “Cacos Unidos”, “Los Sicarios SA”, etc., sino que buscan camuflarse en organizaciones de apariencia legal y legítima, como empresas, partidos políticos, asociaciones, movimientos políticos, etc.

Así, tenemos conocidas organizaciones criminales, como la formada dentro de la empresa brasileña Odebrecht, o el nefasto partido político “Movimiento Regional Independiente Cuenta Conmigo”, procesado por corrupción y asesinato, cuyo cabecilla, César Álvarez, se encuentra en prisión; y sigue una larga lista de partidos, movimientos u organizaciones procesadas por la justicia, también incluso por asesinato, con muchas personas ya en prisión.

Estas organizaciones criminales dentro de los partidos políticos, además, no actúan sólo como un núcleo de un partido político sino que proliferan cual cáncer agrupando a empresas, asociaciones, ONG y otras personas naturales y jurídicas.

Ninguna organización humana está libre de ser infestada por la criminalidad y esto se ha visto hasta en organizaciones religiosoas y sectas, como la banda de homosexuales violadores constituidos en una organización criminal dentro del Sodalicio, con el agravante de que los perpetradores de los actos ilícitos suelen ser los de mayor jerarquía.

Está claro que las leyes existentes no califican de organización criminal a un partido político de manera automática; la realidad es que el partido político se gana el calificativo legal de organización criminal cuando sirve de fachada para cometer delitos, como se ha visto en varias ocasiones.

Es un agravio y peligro para los peruanos que cualquier organización, política o no, o persona jurídica, pretenda declararse inmaculada y libre de transformarse en una organización criminal de hecho, o albergar dentro de sí a una organización criminal, sería la más grande barbarie en la lucha contra la corrupción.

Según Correo, “diferentes bancadas habrían acordado, de manera interna, que no pase por comisiones y vaya directo al Pleno”, esto es, que se apruebe con velocidad supersónica, entre gallos y medianoche.

“Los partidos políticos expresan el pluralismo democrático. Concurren a la formación y manifestación de la voluntad popular, y a los procesos electorales. Son instituciones fundamentales para la participación política de la ciudadanía, base del sistema democrático y no pueden ser considerados como Organizaciones Criminales”, señala el nauseabundo proyecto de ley aprista en su propuesta de cambio del artículo 1 de la Ley 28094.

La ciudadanía debe exigir que se respete la acción de la justicia y que el derecho vele para que los hechos sean procesados según la realidad, y si un partido está dominado por una organización criminal o se dirige por consignas de una cúpula que actúa ejecutando actos ilícitos, entonces es posible que los partidos puedan llegar a convertirse en organizaciones criminales. La realidad debe primar.

No sólo eso, esta propuesta de Jorge del Castillo y su partido puede servir para que organizaciones criminales, a sabiendas, busquen la capa protectora de un partido político como seguro contra la acción de la justicia. Con esto, los partidos políticos podrían convertirse en imanes para que los criminales se inserten en ellos en busca de impunidad.

Es de subrayar que el partido aprista, encabezado por Alan García, mediante maniobras leguleyescas, manipuló los procesos judiciales para que prescriban los delitos de corrupción por los cuales fueron acusados; y así García, tras irse fuera del Perú, regresó a tentar el máximo cargo, lo cual consiguió. ¡Y es precisamente este partido el que está en busca nuevos blindajes, como es este proyecto de ley!