Una respuesta acorde con un jefe de gabinete salido de la farándula
No son 20, 50 ni 100, ni han venido progresivamente en décadas, como sucedió con los emigrantes peruanos a otros países. Son más de 700 mil venezolanos (probablemente ya un millón contando los ilegales) que han invadido el Perú en algo más de un año. Esa cantidad de gente no es manejable ni siquiera para un país rico, mucho menos lo es para un país como el Perú, donde la mayoría es pobre, hay una clase media que lucha por no caer en la pobreza y sólo un pequeño porcentaje es rico o muy rico.
Al ver que 5,000 centroamericanos pretendían ingresar a su país, el presidente de los Estados Unidos protestó y amenazó a México y Honduras con sanciones por no impedir el paso de estos migrantes y argumentó que hay mucha delincuencia entre ellos.
Si 5,000 personas son un problema para el país más rico del mundo, no puede llamarse solidaridad sino estupidez, corrupción o denigrante servilismo a los EE. UU. el incentivar que ingrese tanto venezolano a nuestro país, todo por buscar la caída de un gobierno que no es del agrado de los EE. UU.
Si tanto interés tiene los EE. UU. en saquear el petróleo de Venezuela, entonces que compre “el paquete completo” y reciba a los millones de venezolanos que salen de su país, pero no es así, ellos quieren gozar de la riqueza de Venezuela y además perjudicar a otros países como el nuestro.
Muchos peruanos en un principio se mostraron compadecidos con la situación de los venezolanos y ahora están hastiados e indignados al ver que están trayendo mucha delincuencia, malas costumbres (borrachera en la vía pública, escándalo, violencia, prostitución, proxenetismo, la santería, que es tortura y degollamiento de animales en rituales asquerosos, etc.).
Como si eso fuese poco, disputan la mano de obra y se ofrecen por salarios bajos, precarizando el nivel de vida de los más necesitados, pero para felicidad de las grandes empresas, que tienen trabajadores baratos y no les interesa que los peruanos paguemos las consecuencias.
El Perú siempre ha sido un país amistoso con los extranjeros y nunca se había visto tanta mala gente como la que llega desde Venezuela, como si hubiesen abierto todas sus cárceles, pues hemos visto latinoamericanos, europeos, chinos, japoneses, judíos, árabes y unos pocos africanos, pero, aunque se han presentado algunos casos delictivos entre ellos, nunca se había visto a tanto extranjero atacar a peruanos indefensos para robar y hasta matar como se ve con los venezolanos diariamente.
Alcalde de Huancayo sólo dice la verdad
No es discriminación entonces narrar la realidad, como lo ha hecho el alcalde de Huancayo, Henry López. Todo lo dicho arriba está sucediendo en su región también, y en muchas otras regiones.*
Sin embargo, es cierto que se ha excedido al hablar de “Huancayo libre de venezolanos”, se ha dejado llevar por la indignación y el afán de poner orden. No obstante, ha aclarado que busca un Huancayo libre de venezolanos ilegales. Con errores, López al menos demuestra que se preocupa por su ciudad y no está de brazos cruzados como otras autoridades ante los problemas que han traído los venezolanos.
Pésima respuesta de un gabinete farandulero
Un jefe de gabinete, o un presidente, si tuviésemos estadistas y no faranduleros como el ministro Salvador del Solar, al ver tal exposición de una autoridad, debería haber respondido, entre otras cosas, primero con:
- Fiscalizadores del ministerio de Trabajo para sancionar a las empresas que están violando las leyes laborales y tienen a más del 20% de personal extranjero. ¿Para qué contrataron a tanto fiscalizador laboral? El alcalde ya está facilitándoles el trabajo al revelar que habría muchas multas que imponer en su ciudad.
- Refuerzo policial para controlar la delincuencia creciente y actos desadaptados en Huancayo.
- Refuerzo policial para deportar a los venezolanos ilegales en esa ciudad. ¿Qué hace Migraciones si no es solamente hacer la vista gorda en las fronteras y realizar licitaciones cuestionables o corruptas?
En lugar de eso, el alcalde recibe una comunicación de la ministra de Cultura, Ulla Holmquist, acusándolo de discriminación. ¿Por qué no se dedica la ministra más bien a combatir las mafias que depredan el patrimonio arqueológico?
El deplorable canciller Néstor Popolizio, se suma al cargamontón contra el alcalde, y muy suelto de huesos anuncia que está gastando tiempo y dinero en ver la forma de traer más venezolanos con una visa humanitaria. Quiere traer todavía más caos al Perú, como si no fuésemos testigos de la terrible situación en seguridad, salud y hasta en educación causada por el ingreso descomunal de venezolanos.
Como si fuese poco, la Fiscalía abre una investigación contra el alcalde López. La Fiscalía continúa quejádose de la falta de presupuesto. ¿Por qué distrae entonces sus recursos en un alcalde por unos dichos, en lugar de investigar a la delincuencia organizada?
Lamentablemente tenemos autoridades que no responden a las expectativas mínimas que requiere un país que busca el desarrollo. En lugar de progreso traen atraso.
Citamos lo señalado por el alcalde de Huancayo:
“..frente a la creciente y descontrolada presencia de extranjeros, la misma que conlleva al crecimiento de la informalidad laboral, el comercio ambulatorio y actos vandálicos, la autoridad edil ratifica su posición de decretar Huancayo libre de venezolanos”.
“Incluso hace algunas semanas un joven que permanecía desaparecido, fue hallado muerto luego de haber acudido a una de esas discotecas que ya clausuramos [“Kimbara”], pero que tenía como vigilantes a varios extranjeros quienes podrían estar involucrados en su desaparición”, señala la publicación.
“se está trabajando una ordenanza municipal, que tiene como sustento legal la ordenanza regional N°108-2011-GRJ/CR publicada en el diario oficial El Peruano el 9 de marzo de 2011 que en su artículo quinto establece ‘que las empresas privadas y sus respectivas concesionarias, que desarrollen sus actividades económicas de la región Junín, fomente el empleo regional en un porcentaje superior al 60% de la totalidad de su personal”.
“ A mí me eligieron para poner en orden en la ciudad, y si por eso me van a decir xenófobo, no me molesto, y si por eso los venezolanos me van a agredir o insultar como lo hicieron hoy, estoy aquí para poner el pecho por mi ciudad, no voy a permitir que nadie venga a mi tierra a faltar el respeto ni a mí, ni a nadie, más aún cuando les abrimos las puertas de nuestra ciudad y les damos las facilidades para trabajar, por eso me ratifico ‘Huancayo libre de venezolanos’”.
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