La dictadura del delincuente Alberto Fujimori asesinó a 26 periodistas y torturó o secuestró a otros y ahora el fujimorismo, a través de Keiko Fujimori, pretende dar lecciones de libertad de expresión y democracia.
Algunos ejemplos. La foto corresponde al periodista Fabián Salazar, del diario La República, a quien, por revelar información sobre el fraude electoral de 2000, le cortaron el brazo con un serrucho.
Pedro Herminio Yauri Bustamante, fue secuestrado, asesinado y desaparecido el 24 de junio de 1992 por miembros del Grupo Colina. Yauri abogó por la libertad de la familia Ventocilla, luego DE que cuatro miembros de esta familia fueran secuestrados por elementos militares el 25 de mayo de 1992.
El Grupo Colina, que perpetró este y otros asesinatos, fue premiado por el fujimorismo y después indultado, siendo uno de los cómplices del indulto Francisco Tudela, quien ahora presume de demócrata en el equipo técnico de la señora K. El número exacto de los asesinatos del Grupo Colina y otros homicidas fujimoristas nunca se sabrá porque la dictadura había instalado hornos donde desaparecían a las víctimas y sus restos no fueron encontrados. Otros eran enterrados en fosas comunes.
Melissa Alfaro era periodista y jefe de Informaciones del semanario Cambio. El 10 de octubre de 1991, en su centro de labores, recibió un sobre que contenía un explosivo, el cual detonó al ser abierto y arrebató la vida de la periodista que en ese entonces tenía 23 años.
El periodista Gustavo Gorriti fue secuestrado y muchos otros fueron amenazados.
El “Plan Bermuda” fue preparado por la dictadura fujimorista para asesinar a periodistas que opinaban contra el régimen, entre ellos César Hildebrandt. La agente de inteligencia Mariella Barreto estaba al tanto y decidió alertarlos. Tras ser descubierta por los asesinos del Grupo Colina, fue descuartizada viva.
Mariella Barreto, descuartizada viva por el fujimorismo por haber alertado a periodistas sobre el plan para asesinarlos
Compra de los medios
Es bastante conocida la compra de la línea editorial de medios de comunicación, en especial televisivos. Vladimiro Montesinos citaba a los dueños de dichos medios en la famosa salita del SIN, donde les entregaba torres de dólares y fue precisamente por un vídeo de una de esas reuniones que cayó el régimen.
Así prostituida, la televisión competía en bombardear con basura al público: bataclanas vulgares, cómicos procaces, programas de opinión mentirosos, difamadores e inmorales, programas “artísticos” donde en lugar de artistas había sobre todo gente de mal vivir. Por supuesto, ningún programa cultural.
La prensa impresa comprada por el fujimorismo por su lado competía en portadas escandalosas o escabrosas: crímenes, sexualidad grotesca semipornográfica, crímenes, difamaciones contra opositores, etc.
Esa es la huella del fujimorismo que ahora tiene el descaro de decir que su contrincante Pedro Castillo atentará contra la libertad de expresión.
Periodistas posando en la cama de un hotel con el delincuente Fujimori
Que no ha cambiado y es la misma pelona nos lo demuestra ahora nuevamente, basta ver cómo la prensa, en especial la televisiva, se ha parcializado con la señora K, como se le conoce en el hampa judicial. Los periodistas de hoy están mintiendo o distorsionando dichos y hechos para atacar al contrincante, a la vez que ocultan hechos que desfavorecen a la señora K, a quien hacen entrevistas complacientes, así como a sus partidarios. A periodistas que hacen un trabajo neutral los despiden, como sucedió con Clara Elvira Ospina, o los amenazan con despedirlos.
Si hay millones por medio algún día se sabrá, al fin y al cabo, el fujimorismo saqueó del Perú más de 6,000 millones de dólares.
Este es el fujimorismo del cual Keiko Fujimori se siente orgullosa.
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