Hasta el momento, las circunstancias del ataque no son claras, pero lugareños señalan que los presuntos autores del crimen son narcotraficantes.
Tras estar tres días debatiéndose entre la vida y la muerte, el líder asháninka Mario López Huanca, de 34 años, falleció la tarde de este 1 de julio, según información del portal Inforegión.
Foto personal de Mario López
Este último lunes, la víctima recibió un disparo de un perdigón en la cabeza mientras recorría un sector de su comunidad Shirarine, ubicada en el distrito Puerto Bermúdez, parte amazónica de la región Pasco, mientras el ministro del Interior brilla por su inacción.
López se desempeñaba como secretario de Ecosira, organización indígena encargada de coadministrar la Reserva Comunal El Sira, y desde hace meses recibía amenazas.
Hasta el momento, las circunstancias del ataque se encuentran en investigación. Sin embargo, los pobladores de la comunidad Shirarine indican que los presuntos autores del crimen son narcotraficantes.
Diagnóstico grave
El líder asháninka se encontraba internado en el área de trauma shock del Hospital Regional de Pucallpa, en Ucayali, ubicado a cinco horas del lugar donde se produjo el ataque.
El médico Juan Aranibar, quien conversó con el portal Ojo Público, detalló que las heridas le causaron destrucción de masa encefálica, factura de cráneo y maxilar.
“Hay un daño severo e irrecuperable. Creemos que hay muerte cerebral”, alertaba.
Según este profesional, el impacto del perdigón se realizó a corta distancia porque las partículas de plomo han causado múltiples lesiones.
Víctima de amenazas
Desde el 2016, López Huanca se desempeñaba como secretario de Ecosira, organización indígena que representa a 69 comunidades y que junto a Sernap administra la Reserva Comunal El Sira, ubicada entre Ucayali, Huánuco y Pasco.
La hermana de defensor ambiental, Norma López, contó que Mario recibía amenazas desde hace mucho tiempo; sin embargo, nunca brindó muchos detalles a sus familiares.
“Queremos saber qué pasó y quién hizo este daño. Él siempre ha estado luchando por el bienestar de la comunidad. ¿Por qué quisieran hacerle daño?”, cuestionó.
Para los miembros de la comunidad Shirarine, lugar donde ocurrió el ataque, los autores del crimen podrían ser grupos de narcotraficantes, que desde hace años acechan a la reserva con actividades ilícitas.
“No podemos decir abiertamente cuál fue el móvil, porque está en investigación. Sin embargo, informamos que los territorios de Puerto Bermúdez, Palcazu, Constitución y Puerto Inca están invadidos por narcotraficantes”, afirma Kary Ríos jefa de la reserva.
El ataque contra el líder asháninka es investigado por Michael Cisneros de la Fiscalía Provincial Mixta de Puerto Bermúdez, Oxapampa. Los compañeros López exigen justicia y piden que se dejen vulnerar sus derechos.
Ante este nuevo ataque, la Coordinadora Nacional de Derechos Humanos se pronunció y expresó que los defensores de la Reserva Comunal el Sira no están siendo atendidos por el Estado.
“En 2019, el jefe de la comunidad Nueva Austria del Sira sufrió un atentado con arma de fuego. La CIDH otorgó medidas cautelares, pero no hay mejora para los defensores. Al contrario, día a día el narcotráfico avanza”, señaló.
El narcotráfico acecha
“Marcos ya les había dicho en varias oportunidades que no siembren hoja de coca. Ese día ingresó de nuevo a los territorios para pedir que se retiraran y fue ahí cuando lo balearon”, contó Freddy Vasquéz, coordinador de campo de Ecosira.
Vasquéz también mencionó que el problema con estos invasores es constante, sobre todo en la cuenca del Río Pichis, ubicada en Oxapampa, lugar donde trabajaba el líder asháninka.
La zona mencionada es considerada de alto riesgo debido a la presencia del tráfico ilícito de drogas. El pasado 1 de abril, el Gobierno prorrogó la emergencia en los distritos de Constitución, Palcazú y Puerto Bermúdez, ubicados en Oxapampa, Pasco.
Así como en los distritos de Puerto Inca, Tournavista, Yuyapichis, Codo del Pozuzo y Honoria, ubicados en Puerto Inca, Huánuco. También se declaró en estado de emergencia las zonas de Raimondi, Sepahua y Tahuanía, ubicadas en Atalaya, Ucayali.
Aunque estas medidas buscan proteger a los defensores ambientales y luchar contra el crimen organizado, en lo que va de la pandemia se han asesinado a siete defensores ambientales indígenas y más de 20 viven amenazados.
“Los responsables de las actividades ilícitas han aprovechado la pandemia para asentar su dominio, principalmente el narcotráfico. Aprovechan la lejanía de las comunidades y la espesura de la selva para actuar”, reveló Ríos.
Con información de Servinci