hector gallegos gas el gobierno frena el desarrollo del peru
Ing. Héctor Gallegos Vargas

Grave responsabilidad histórica de los políticos

Opinión de los especialistas: no exportar gas a ningún país

La pretendida exportación del gas arrastra graves consecuencias para el Perú y su futuro. Apetitos de pocos pretenden saciarse inclusive a costa de la seguridad nacional. Estemos atentos, se repiten los mismos síntomas y circunstancias que condujeron al país a la Guerra del Pacífico. En esta entrevista con Por Nuestro Perú, el ingeniero Héctor Gallegos Vargas, Decano del Colegio de Ingenieros del Perú (CIP), nos revela hechos preocupantes, tanto por los oscuros antecedentes de los actores como por las graves consecuencias sobre etnias selváticas. Las autoridades deberían investigar los hechos a profundidad. ¿Qué intereses mueven al poder Ejecutivo contra el Perú?

—¿Cree que la legislación sobre minería e hidrocarburos, en particular sobre el gas, es adecuada a la situaciones cambiantes que afectan al país?

—No, creo que no, me refiero específicamente al caso del gas. Durante el gobierno de Fujimori se descubrieron reservas de gas natural y comenzaron negociaciones con empresas muy, muy serias, como Mobil o Shell, que descartaron su presencia por la incapacidad de llegar a un acuerdo razonable, hasta que en el gobierno de Paniagua se "consigue" que varias empresas coordinen y formen consorcio para, en primer lugar, explotar el gas, y en segundo lugar, transportarlo a Lima; en tercer lugar, aparece un distribuidor limeño, Calidda, no sé en manos de quién estará ahora. 

Ese consorcio tiene dos integrantes principales, uno es Hunt Oil, una firma privada, que no cotiza en bolsa, radicada en Texas, su asesor fue en determinado momento Pedro Pablo Kuczynski. El otro es Techint, firma argentina fabricante de tubos y contratista de obras, que lo que tiene es un pésimo record en cuidado ambiental. Son expertos en tendido y fabricación de tuberías. Inician la explotación en el bloque 88, de Camisea, y lo hacen usando un procedimiento obsoleto, que es clavar tubitos verticales por todos los lotes, con lo cual crean un daño ecológico irreparable por toda la selva, maltratan a los pobladores, establecidos y aislados desde épocas muy antiguas, que contraen nuevas enfermedades, les quitan los medios de subsistencia, ya no tienen el pescado con el que se alimentaban, se pierden especies invalorables en una zona virgen. Es un verdadero desastre la explotación del gas.
 
En el ínterin, ya en el gobierno de Toledo, se cambia el contrato de concesión, que decía que se garantizará permanentemente gas para 20 años. Se quita el "permanentemente", con lo cual queda libre Hunt Oil para vender el gas que quiera. De otro lado sigue la construcción del gasoducto de dos tuberías, una lleva el gas y otra sustancias vinculadas a la explotación, que son hidrocarburos. La prensa explica que hubo accidentes. En una reunión de prensa explico que si me caigo de la escalera y me rompo la pierna es un accidente, pero si estoy osteoporótico y me quiebro los huesos cada vez que me tropiezo, es que tengo una falla, así están las tuberías.

El Ministerio de Energía y Minas, de otro lado, cubre las espaldas de todos sin reparos.

“...Jorge Del Castillo replica que el tema es extemporáneo, ¡como si el bien común y el bienestar de los peruanos presentes y futuros pudiera perder vigencia!”
Buscamos diálogo con el ministro Valdivia, pero no acepta ninguna sugerencia. Sostienen personas que conocen el medio que él no puede tomar ninguna decisión, porque eso depende del más alto nivel. La cosa es grande.
 
Tenemos el problema de daños ambientales en el origen, de inseguridad, de incendios en el trayecto del gasoducto. Llega el gas con mucho desastre y ya lo tenemos en la costa, pero ojalá que permanentemente y que el gasoducto ya no muestre más defectos. Es valiosísimo porque es un recurso energético no contaminante y mucho más barato para la producción de electricidad y calor que cualquier otro hidrocarburo que importamos. En consecuencia, no se puede vender ese gas sin tener en cuenta que puede disparar el crecimiento peruano y volverlo más competitivo, particularmente respecto a Chile. Sin duda es un elemento fundamental para el desarrollo, cambia la matriz energética fundamental, mientras buscamos otros recursos que probablemente giren alrededor de la energía hidráulica.

Todo esto no lo destapa el CIP, porque ya había habido reuniones. Me doy cuenta un día en la televisión de que Alan García está arrancando las obras de Melchorita, que es una planta para licuar gas. Uno sólo licua gas para exportarlo.¡No queremos exportar gas y vemos que el presidente feliz inaugura una planta para exportar! Entonces el CIP publica un primer aviso y Jorge Del Castillo replica que el tema es extemporáneo, ¡como si el bien común y el bienestar de los peruanos presentes y futuros pudiera perder vigencia! Es algo que nunca puede perder vigencia ni puede ser extemporáneo, se puede dar marcha atrás en todo lo material que uno quiera. Así como se dio un contrato, igual se puede cambiar ahora, no es un contrato entre estados. Esto cambia una relación entre el estado y una empresa, además reconocida en la industria petrolera como de segunda categoría y perversa, que es Hunt. No hay razón para no hacerlo, pero hay intereses muy grandes, los cuales es muy difícil probar, no hay evidencias contundentes que permitan decirlo, pero es algo vox pópuli. Ojalá la prensa pueda meter sus narices en esto, porque se requiere un acto investigatorio, el CIP no es el FBI o algo parecido, lamentablemente. 

 —Pero de todas maneras se puede solicitar una investigación en el Congreso, no se sabe quién es el asesino, pero hay un muerto…

—Sí, podría ser, pero hay tanto dinero por medio. Es como el caso de las universidades con fines de lucro, no se puede tocar porque da mucho dinero. Cuando vivimos en un país donde la corrupción campea, todos los temas se vuelven muy complejos, sobre todo si tocan dinero, beneficios o intereses de alguien.

 
—Existiendo una permanente tendencia al alza de los precios internacionales de los hidrocarburos, ¿qué opina de la intención de "quemar" nuestras reservas de petróleo y gas exportándolas a la mayor velocidad posible?
 
—No se trata de quemarlas aceleradamente, sino de satisfacer el mercado y propiciar su uso. De acuerdo a las reservas actuales, si no vendemos tenemos gas para 25 años, pero hay exploraciones adicionales y podría cumplirse lo de un horizonte permanente para 20 años mientras tengamos gas. Como las investigaciones se hacen y son válidas, se puede tener una contabilidad y auspiciar la generación de más electricidad, se pude usar gas natural en los hogares, con eso también las familias pueden ahorrar. Traería bienestar a una serie de áreas, como el transporte público, se evitaría la contaminación. Colombia, por ejemplo auspicia el consumo y se niega a exportar. Digo, ¿por qué 20 años? ¡Digo nunca!

—¡Claro, en 20 años no se acaba el país!

—Por supuesto, no se acaba el país. Si uno se da cuenta se pregunta: ¿por qué 20 años? ¿Es una cifra mágica, de dónde nace? La lógica nos lleva a pensar que no se exporte nunca.
 
—¿Con Mehchorita se podría tener una fórmula mixta, gasoducto-barco, sacando el gas vía marítima para las costas peruanas?
 
—No, mucho más barato es un gasoducto. Rusia, por ejemplo, exporta gas a toda Europa por un gasoducto de 9 000 km; esto es siempre más barato. Para nosotros significaría gastar en enfriar el gas a temperaturas muy bajas para licuarlo, luego llevarlo en contenedores especiales y tener un sitio donde almacenarlo en estas condiciones. Es mucho más caro. Existe un proyecto recientemente auspiciado por Suez y otras empresas que se ubica en Matarani; se sospecha que esto serviría para de allí hacer un gasoducto para Chile, que es mucho más lógico.

—Por eso se desesperan para llevar el gas al sur.

—Claro, el primer comprador obvio es Chile.

—¿Cree que la política del estado peruano y la legislación sobre hidrocarburos y gas toman en cuenta los aspectos de la seguridad nacional? Nos referimos a la venta de gas a Chile, que vía potenciamiento de Codelco fortalece a sus fuerzas armadas chilenas, o a la venta de energía eléctrica producida por gas.
 
—Hay dos sustancias cruciales para el ser humano, en primer lugar el agua; existimos por el agua, que se está volviendo un tema crucial, y luego nos desarrollamos con la energía. Son dos cosas cruciales, nos transportamos, comemos, todo eso requiere energía. El tema de la seguridad energética en el Perú es igual a la seguridad bélica o a la seguridad nacional en general, es nuestra seguridad.
 
En el caso del guano, estuvo almacenado por miles de años, después podría haber servido como abono para la agricultura, en lugar de que ocurriera lo que ocurrió, que buscamos salitre y lo perdimos con Chile. La pérdida de un bien grande, como fue el guano, si se compara con el gas, nos puede conducir a otro enfrentamiento con Chile. La guerra con Chile fue por el salitre, donde intervinieron empresarios extranjeros, que prefirieron la seguridad política e institucional de Chile antes que al Perú; en consecuencia apoyaron el destrozo que se hizo con el Perú.
 
—¿Las observaciones técnicas que formula el CIP son tomadas en cuenta por el gobierno? ¿Invita el Presidente de la República o el ministro del ramo a los especialistas del CIP?
 
—La opinión del CIP se apoya en cuestiones técnicas, el Colegio es esencialmente un ente que se ocupa de las cuestiones éticas en el ejercicio de la ingeniería. Cuando hablamos tenemos el respaldo técnico, pero nuestro tema es ético y la energía sirve al bien común. Sostengo que es la técnica social por excelencia, porque trata siempre de bienes que sirven al bien común: puentes, caminos, puertos, etc. Requiere competencia técnica y mucha ética, porque se maneja mucho dinero. El tema técnico no es medular, es de sustento. La incapacidad del gobierno para comunicarse con los individuos es historia antigua. Es muy cierto que el ingeniero es muy mal comunicador pero hay que corregirlo, porque ha habido ingenieros como el que acaba de morir, Benavides Correa, ingenieros vinculados a las actividades políticas y éticas que afectan al bien común, con base técnica.
 
—¿Qué opina del hecho de que a ustedes, siendo una institución profesional representativa, el Presidente de la República no los convoque, e invite más bien a periodistas de los medios de comunicación, por ejemplo para tratar la reforma del Estado?
 
—Cada uno en su tema, la vinculación entre una política del bien común y la Ingeniería debería ser una alianza mucho más que con el Derecho, la Medicina o cualquier otra profesión, ambos buscan el bien común. Uno debería organizar, planificar, conducir los procesos; el otro, aportar los conocimientos. Esto no ocurre, cuando ocurrió brevemente en la época de Odría, hubo un dialogo entre la ingeniería y el gobierno, que increíblemente terminó con el arquitecto Belaúnde. Cuando todas las carreteras anteriores las habían construido peruanos, a quienes Odría apoyó, Belaúnde contrató a empresas italianas y norteamericanas, para hacer las carreteras del Perú.

—¡Como si los ingenieros peruanos estuviesen incapacitados…!

—Parece mentira, pero no es un sueño; fue una realidad.

—Vista la irresponsabilidad del ejecutivo, y teniendo en cuenta la trascendencia de los hidrocarburos en el futuro del país, ¿no cree urgente que utilizando la misma lógica del gobierno en lo que atañe a las compras, pero teniendo en cuenta que se trata de un patrimonio nacional, se debe conformar un organismo supervisor, en el cual tengan participación los colegios profesionales, como el Colegio de Ingenieros y miembros probos de la sociedad elegidos por la ciudadanía?
 
—Creería gruesamente que sí. Ahora, ¿estamos estas organizaciones civiles preparadas para enfrentar retos de esta naturaleza? Habría que contestar con mucha precisión, porque hoy hay 90 000 colegiados y 50 000 sin colegiar. Un exceso de ingenieros, que se les encuentra manejando taxi o haciendo cualquier otra cosa, con una calidad educativa pésima, porque en época de Velasco comenzó una masificación gigantesca de la profesión. Habría que elegir con rigor a los ingenieros para participar en algo como esto, que ciertamente debiera ser así. El CIP firmó hace poco un acuerdo con la Contraloría, fui a buscar al Contralor, de rápida inteligencia, [porque] había una norma absurda. Le pregunté por qué en lugar de mirar al final no se mira al comienzo para no sancionar, hay contralorías que premian, como las anglosajonas. Tengo un acuerdo firmado con la Contraloría y espero que se honre, porque sancionando después a la gente no se resuelve el problema, es absurdo, si no se actúa preventivamente.

—Deberían presentar una propuesta al Congreso...

—El diálogo con el Congreso es muy difícil. Como presidente de Sedapal vi irracionalidad al apoyar a empresas o personas, de un modo tal que para mí fue disgustante.

 —Considerando el asunto de seguridad nacional y de animadversiones históricas contra el Perú, ¿le parece correcto que las empresas o consorcios que explotan nuestro gas y petróleo tengan amplia libertad de vender estos productos estratégicos, incluso a países como Chile, que nos amenazan y con quienes tenemos pendiente la demarcación de fronteras terrestres y marítimas?

—Considero que el gas no es exportable, es lo medular; simplemente debemos decir que el gas no se exporte, como Colombia. Bolivia tiene gas para darle a Chile, si llegan a un acuerdo. México consumió su gas mucho antes de lo pensado, porque si se incentiva el consumo es creciente, de manera que no podemos jugar con esto, no podemos leer el futuro.

 
—¿No le parece raro o sospechoso que sea demasiado lento el incentivo del consumo interno de gas?
 
—Por supuesto, la falta de grifos, la lentitud en algunas obras. Tengo el caso de la fábrica de una persona muy cercana, ingeniero civil como yo, que produce materiales de construcción; le ha tomado un año conseguir que le lleven el gas. Más bien se busca desincentivar el consumo de gas o dificultarlo por lo menos.

—Para favorecer a los grandes intereses en exportarlo...

—¡Claro, mientras no lo consumamos parecerá que sobra!

 Con Nuestro Perú recuerda además que, siendo tan sencillo constatar si existen o no tubos con desperfectos, no se convocó a una institución nacional como la Universidad Nacional de Ingeniería y otra. Lo primero que hizo Pedro Pablo Kuczynski fue declarar que convocaría una auditoría extranjera, que además fue millonaria.